La vía franquista hacia el desarrollo. López Bravo y el Plan Iberoamericano

BEATRIZ FIGALLO Y MARÍA JOSÉ HENRÍQUEZ

Mendoza

Jornada; VII Jornadas Nacionales de Historia Moderna y Contemporánea; 2010

Facultad de Filosofía Letras, Universidad Nacional de Cuyo

La lucha por el poder entre las distintas tendencias del régimen franquista a fines de los años sesenta habilitó el ingreso en el gobierno de una generación política que consolidaría el vertiginoso crecimiento económico de España. Una de las protagonistas de aquel despegue fue el área de la política exterior, cuya responsabilidad ejerció entre 1969 y 1973 Gregorio López Bravo. Del jefe de la diplomacia española, que al frente de Comercio Exterior, el IEME y el Ministerio de Industria había colaborado con la puesta en marcha del Plan de Estabilización, se espero una armonización con una conducta interior cautelosa en momentos que era ostensible el declive de Francisco Franco. Sin embargo, encaminada a una mejor inserción de España en el panorama mundial, la dinamización que López Bravo imprimió a su gestión se mostró arriesgada, procurando una apertura a todos, universalización de sus relaciones internacionales y neutralidad en el marco del orden bipolar. Si se siguió otorgando prioridad a los espacios europeo y norteamericano, la acción exterior del tardo franquismo concedió gran atención a América Latina, donde podía ofrecer su propio modelo de superación del subdesarrollo, a través de su experiencia en el paso de una sociedad rural a un país moderno e industrializado, considerando que se había partido de niveles similares a los que presentaban los países latinoamericanos. Aquella modalidad desideologizadora, que se centró en la cooperación técnica y el incremento de las relaciones económicas, encontró socios tan disímiles como el Chile de Allende y la Argentina de Lanusse.