INVESTIGADORES
FREDERIC Sabina Andrea
capítulos de libros
Título:
Introducción
Autor/es:
FREDERIC SABINA; HIRST MONICA
Libro:
La participación de Argentina en Haiti: contexto global, cooperación regional y presencia militar (2004-2015)
Editorial:
Teseo
Referencias:
Lugar: Buenos Aisres; Año: 2016;
Resumen:
La producción de este libro fue el resultado de un proyecto de investigación realiza-do en la Universidad Nacional de Quilmes con el apoyo del Ministerio de Defensa de la República Argentina . Junto a las motivaciones académicas que llevaron a su realización se sumó la de hacer conocer a la ciudadanía un tema que consideramos de gran trascendencia política, aunque ocupe un espacio menor en el debate público argentino: la participación de las Fuerzas Armadas en operaciones de paz. El foco acá será la aportación que se dio en el territorio haitiano partir de la creación de la Misión de Estabilización para Haiti en 2004. Consideramos que la presencia de contingentes militares de diversas naciones latinoameri-canas, entre las cuales se contaron de la Argentina, implica un nuevo tipo de compromiso como acciones y decisiones estratégicas mundiales con consecuencias de mediano y largo plaza para el país. Textos y contextosLas operaciones de paz constituyen un instrumento multilateral esencial para lidiar con realidades en las cuales los recursos institucionales locales carecen de autoridad para contener el conflicto y asegurar condiciones de convivencia entre los miembros de una de-terminada sociedad. Para las Naciones Unidas se trata de un medio crucial del cual dispone la comunidad internacional para garantizar la paz y seguridad mundial. Si bien no sean mencionadas en la Carta de la ONU de 1945, estas operaciones corresponden al principal activo de fuerza a disposición del sistema colectivo manejado por su máximo órgano deci-sorio, el Consejo de Seguridad. En América Latina, Argentina es uno de los países que más se destaca por su parti-cipación en Misiones de Paz conducidas por la ONU, sea como observadora, contribuyente de: tropas, apoyo logístico y/o asistencia humanitaria. Esta tradición estuvo condicionada a los diferentes momentos del contexto internacional como también a las prioridades de la política externa de los gobiernos de este país. En los años 90, durante la primera etapa de la posguerra fría, el gobierno argentino estuvo especialmente comprometido en mantener un alto perfil en el proceso de expansión numérica y redefinición normativa de las Operaciones de Paz de la ONU . Internamente, este impulso coincidió con una redefinición del sentido de la misión de las Fuerzas Armadas del país. Como parte del proceso conocido como de democratización se restringió el ámbito de las competencias para la intervención militar al campo de la Defensa nacional, excluyéndolas de la seguridad interior, que sería exclusiva competencia de las fuerzas policiales y de seguridad . Dos leyes aún vigentes, sancionadas entre 1987 y 1991 llamadas de Defensa Nacional y de Seguridad Interior, respectivamente, alejaron desde entonces la formación, el entrenamiento militar y la habilitación legal para realizar operaciones policiales en territorio argentino. Aun así la operación de paz de mayor envergadura hasta finalizar la década de 1990, en la que tomó intervención argentina fue en Chipre sin que esta desafiara la normativa vigente. Por el contrario, durante esta década, la intervención de los militares en operaciones de paz fue legitimada internamente, según al-gunos estudiosos, por su capacidad de alejar a los militares de asuntos no domésticos y por ende de democratizarlos (Worboys 2007, Sotomayor 2014) . En la década siguiente la presencia Argentina en las misiones de paz se dio en con-textos externos e internos notablemente diferentes. En el plano internacional, las expectati-vas de una paz colectiva asegurada por los recursos normativos y funcionales de la gober-nanza global se habían erosionado por la veloz securitización de la agenda mundial después del 11 de Septiembre de 2001. En el plano interno, la política de defensa argentina acom-pañaba el conjunto de transformaciones iniciadas en 2003 por un gobierno cuya política externa se manifestaba crítica y aprehensiva frente al intervencionismo de las potencias occidentales. Un intenso debate parlamentario fue la antesala de la salida del contingente más grande de tropas militares para intervenir en la operación de paz en Haiti. El carácter del conflicto haitiano, las restricciones a la intervención de las Fuerzas Armadas argentinas en asuntos de seguridad interna, sumado a la autorización de hacer uso de la fuerza dado el mandato de Naciones Unidas de imposición de la paz al inicio de la MINUSTAH, fueron de los aspectos más controvertidos del debate. No obstante, el Congreso aprobó la ley que autorizó la salida del primer contingente. Fue en este contexto que la participación en misiones de paz adquirió un sentido selectivo y su motivación pasó a estar articulada con el compromiso de la solidaridad regional que permeaba las demás acciones internacionales del país.