INVESTIGADORES
FILMUS Daniel Fernando
artículos
Título:
La descentralización educativa en Argentina: elementos para el análisis de un proceso abierto
Autor/es:
FILMUS, DANIEL
Revista:
Reforma y Democracia
Editorial:
CLAD
Referencias:
Año: 1998
ISSN:
1315-2378
Resumen:
El estudio de los actuales procesos de descentralización de los sistemas educativos de la región exige el análisis de las principales circunstancias que prevalecieron en la determinación de las características fuertemente centralizadas de su origen. Diferentes autores coinciden en que al menos existen dos factores que confluyeron en este proceso: las condiciones en las que emergieron los Estados nacionales luego de la gesta emancipadora y a la relación que mantuvieron con la sociedad civil, y las funciones que debieron desempeñar los sistemas educativos latinoamericanos desde su creación.En el caso de la Argentina, uno de los factores que coadyuvó a la centralización del sistema educativo fue la función integradora, de construcción de la ciudadanía, de la identidad nacional y de la hegemonía de los grupos dirigentes que se le encomendó a la escuela. Fue el Estado nacional quien asumió la tarea educadora por gestión propia o a través del control de las instituciones de tipo privado. Esta función estuvo más vinculada a la esfera de lo político, que a la de lo económico. A pesar de que por la Constitución aprobada en 1853 la educación fue una responsabilidad atribuida a las provincias con un sentido federal, la mayor parte del sistema educativo argentino estuvo bajo jurisdicción del Ministerio de Educación de la Nación hasta las últimas décadas del siglo XX. La transferencia de los servicios educativos nacionales a las jurisdicciones provinciales y a la ciudad de Buenos Aires ha sido una de las transformaciones más profundas que se han operado en la estructura del sistema educativo en los últimos años. A partir de 1994 ya no dependen del Ministerio de Cultura y Educación establecimientos educativos en forma directa.Las evaluaciones realizadas acerca de los procesos de descentralización desarrollados en la región muestran que no es posible sacar conclusiones uniformes acerca de su impacto. En algunas ocasiones estos procesos han favorecido las tendencias hacia la calidad, la eficiencia, la igualdad y la participación en el sistema educativo. En otras, en cambio, prevalecieron consecuencias que generaron una mayor anarquía, desigualdad, burocratización y deterioro de la calidad de la educación brindada. El resultado del proceso de descentralización en función de mejorar la calidad de los servicios educativos brindados dependerá, entre otros, de dos factores principales: a) la lógica política que prevalezca en los procesos y b) la capacidad del Estado nacional, de las jurisdicciones y de las instituciones escolares de asumir los nuevos roles que este proceso demanda. El sentido democratizador de la descentralización está íntimamente vinculado a que en su implementación prevalezcan las lógicas pedagógico-participativas en detrimento de las tecnocráticas-financieras. Por otra parte, entre los nuevos roles a asumir figuran la concertación, la información, la evaluación, la compensación, y la innovación y transformación pedagógica. Sustentado en la Ley Federal de Educación, el Ministerio de Cultura y Educación, ha dado importantes pasos en dirección a adquirir las capacidades mencionadas.Para que la descentralización signifique una sensible mejora en la calidad de la educación y un aumento en los niveles de equidad del sistema es necesario que esté enmarcada dentro de importantes procesos de concertación de los diferentes actores educativos, políticos y sociales. La concertación entre los actores intervinientes a nivel local es un correlato necesario de los acuerdos que, a nivel nacional, deben permitir contar con el consenso político, la energía social y los tiempos pedagógicos necesarios para alcanzar los objetivos democratizadores que se esperan de los procesos de descentralización educativa.