INVESTIGADORES
FERRARI Monica Rossana
congresos y reuniones científicas
Título:
Patrimonio ferroviario en el Noroeste Argentino. Tipologías arquitectónicas y asentamientos urbanos ferroviarios
Autor/es:
FERRARI, MÓNICA ROSSANA
Lugar:
Málaga, España
Reunión:
Congreso; IV Congreso de Historia Ferroviaria.; 2006
Institución organizadora:
Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Resumen:
El ferrocarril llegó a la Argentina en 1857 y a la región del Noroeste Argentino en 1876. El período que va de 1910 a 1930 en Argentina corresponde a la época del expansionismo ferroviario, sin embargo en el Noroeste los trazados ferroviarios se extendieron hasta finales de la década de 1940, momento en que se consolidó el sistema ferroviario con alrededor de 4000 km. de vías. El desarrollo de los ramales en el NOA desde fines del siglo XIX hasta los primeros cincuenta años del siglo XX generaron importantes vinculaciones a nivel terrritorial y los Poblados Ferroviarios contribuyeron a lograr esa unidad del territorio promovida por la Constitución de 1853.  Se conectaron zonas alejadas y pusieron a la Argentina en contacto con los países limítrofes. A partir de la llegada del ferrocarril ocurrieron importantes cambios que tuvieron lugar en pueblos y ciudades existentes: mejoras tanto en su estética paisajística como en sus aspectos funcionales. Nuevas funciones urbanas, modernos edificios para las estaciones de trenes, así como una estructura de nuevas calles fueron construidas en casi todos los asentamientos relacionados con el nuevo sistema de transportes. Surgieron nuevos tipos de asentamientos urbanos como los pueblos azucareros y los pueblos ferroviarios donde cada uno tuvo particularidades que se manifestó en la trama urbana. Con el tren llegó la tecnología que produjo una revolución industrial. Esto permitió el surgimiento y tecnificación de varios ingenios y la necesidad de mayores cantidades de tendidos que vincularan los centros extractivos, productivos y de consumo. La arquitectura e ingeniería ferroviaria que acompañó a los tendidos fue parte de un sistema indivisible donde cada elemento componente desarrolló una función específica con caracteres determinados. Constituyen un patrimonio valiosísimo en tierras, edificios e infraestructura. El sistema ferroviario involucró el desarrollo de distintas tipologías arquitectónicas e ingenieriles como galpones de cargas y encomiendas, sanitarios públicos, viviendas, edificios de pasajeros, cabinas de señales, tanques de agua, puentes peatonales, lampisterías, estaciones de servicios, talleres ferroviarios, etc. Fue  con más particularidad en el edificio de pasajeros donde se manifestó el gusto de la estética en boga. Los criterios estilísticos adoptados hicieron referencia tanto a la tradición inglesa como a otras expresiones de la Belle Epoque e inclusive  al Neocolonial Español. La desactivación de líneas ferroviarias a fines del XX, trajo como consecuencia el abandono de numerosos predios ferroviarios y los edificios de las estaciones entraron en una pendiente de deterioro. El patrimonio ferroviario que posee Argentina y el Noroeste en particular es de una riqueza excepcional, tanto en extensiones de tierras como en arquitectura, construcciones componentes del sistema e instalaciones de apoyo y servicio. Estos elementos que hoy permiten una lectura integral del modo de construir ferroviario y del ambiente arquitectónico se encuentran en serio riesgo por la ausencia de una conciencia colectiva y la inexistencia de una política coherente para su preservación. El ferrocarril llegó a la Argentina en 1857 y a la región del Noroeste Argentino en 1876. El período que va de 1910 a 1930 en Argentina corresponde a la época del expansionismo ferroviario, sin embargo en el Noroeste los trazados ferroviarios se extendieron hasta finales de la década de 1940, momento en que se consolidó el sistema ferroviario con alrededor de 4000 km. de vías. El desarrollo de los ramales en el NOA desde fines del siglo XIX hasta los primeros cincuenta años del siglo XX generaron importantes vinculaciones a nivel terrritorial y los Poblados Ferroviarios contribuyeron a lograr esa unidad del territorio promovida por la Constitución de 1853.  Se conectaron zonas alejadas y pusieron a la Argentina en contacto con los países limítrofes. A partir de la llegada del ferrocarril ocurrieron importantes cambios que tuvieron lugar en pueblos y ciudades existentes: mejoras tanto en su estética paisajística como en sus aspectos funcionales. Nuevas funciones urbanas, modernos edificios para las estaciones de trenes, así como una estructura de nuevas calles fueron construidas en casi todos los asentamientos relacionados con el nuevo sistema de transportes. Surgieron nuevos tipos de asentamientos urbanos como los pueblos azucareros y los pueblos ferroviarios donde cada uno tuvo particularidades que se manifestó en la trama urbana. Con el tren llegó la tecnología que produjo una revolución industrial. Esto permitió el surgimiento y tecnificación de varios ingenios y la necesidad de mayores cantidades de tendidos que vincularan los centros extractivos, productivos y de consumo. La arquitectura e ingeniería ferroviaria que acompañó a los tendidos fue parte de un sistema indivisible donde cada elemento componente desarrolló una función específica con caracteres determinados. Constituyen un patrimonio valiosísimo en tierras, edificios e infraestructura. El sistema ferroviario involucró el desarrollo de distintas tipologías arquitectónicas e ingenieriles como galpones de cargas y encomiendas, sanitarios públicos, viviendas, edificios de pasajeros, cabinas de señales, tanques de agua, puentes peatonales, lampisterías, estaciones de servicios, talleres ferroviarios, etc. Fue  con más particularidad en el edificio de pasajeros donde se manifestó el gusto de la estética en boga. Los criterios estilísticos adoptados hicieron referencia tanto a la tradición inglesa como a otras expresiones de la Belle Epoque e inclusive  al Neocolonial Español. La desactivación de líneas ferroviarias a fines del XX, trajo como consecuencia el abandono de numerosos predios ferroviarios y los edificios de las estaciones entraron en una pendiente de deterioro. El patrimonio ferroviario que posee Argentina y el Noroeste en particular es de una riqueza excepcional, tanto en extensiones de tierras como en arquitectura, construcciones componentes del sistema e instalaciones de apoyo y servicio. Estos elementos que hoy permiten una lectura integral del modo de construir ferroviario y del ambiente arquitectónico se encuentran en serio riesgo por la ausencia de una conciencia colectiva y la inexistencia de una política coherente para su preservación. El ferrocarril llegó a la Argentina en 1857 y a la región del Noroeste Argentino en 1876. El período que va de 1910 a 1930 en Argentina corresponde a la época del expansionismo ferroviario, sin embargo en el Noroeste los trazados ferroviarios se extendieron hasta finales de la década de 1940, momento en que se consolidó el sistema ferroviario con alrededor de 4000 km. de vías. El desarrollo de los ramales en el NOA desde fines del siglo XIX hasta los primeros cincuenta años del siglo XX generaron importantes vinculaciones a nivel terrritorial y los Poblados Ferroviarios contribuyeron a lograr esa unidad del territorio promovida por la Constitución de 1853.  Se conectaron zonas alejadas y pusieron a la Argentina en contacto con los países limítrofes. A partir de la llegada del ferrocarril ocurrieron importantes cambios que tuvieron lugar en pueblos y ciudades existentes: mejoras tanto en su estética paisajística como en sus aspectos funcionales. Nuevas funciones urbanas, modernos edificios para las estaciones de trenes, así como una estructura de nuevas calles fueron construidas en casi todos los asentamientos relacionados con el nuevo sistema de transportes. Surgieron nuevos tipos de asentamientos urbanos como los pueblos azucareros y los pueblos ferroviarios donde cada uno tuvo particularidades que se manifestó en la trama urbana. Con el tren llegó la tecnología que produjo una revolución industrial. Esto permitió el surgimiento y tecnificación de varios ingenios y la necesidad de mayores cantidades de tendidos que vincularan los centros extractivos, productivos y de consumo. La arquitectura e ingeniería ferroviaria que acompañó a los tendidos fue parte de un sistema indivisible donde cada elemento componente desarrolló una función específica con caracteres determinados. Constituyen un patrimonio valiosísimo en tierras, edificios e infraestructura. El sistema ferroviario involucró el desarrollo de distintas tipologías arquitectónicas e ingenieriles como galpones de cargas y encomiendas, sanitarios públicos, viviendas, edificios de pasajeros, cabinas de señales, tanques de agua, puentes peatonales, lampisterías, estaciones de servicios, talleres ferroviarios, etc. Fue  con más particularidad en el edificio de pasajeros donde se manifestó el gusto de la estética en boga. Los criterios estilísticos adoptados hicieron referencia tanto a la tradición inglesa como a otras expresiones de la Belle Epoque e inclusive  al Neocolonial Español. La desactivación de líneas ferroviarias a fines del XX, trajo como consecuencia el abandono de numerosos predios ferroviarios y los edificios de las estaciones entraron en una pendiente de deterioro. El patrimonio ferroviario que posee Argentina y el Noroeste en particular es de una riqueza excepcional, tanto en extensiones de tierras como en arquitectura, construcciones componentes del sistema e instalaciones de apoyo y servicio. Estos elementos que hoy permiten una lectura integral del modo de construir ferroviario y del ambiente arquitectónico se encuentran en serio riesgo por la ausencia de una conciencia colectiva y la inexistencia de una política coherente para su preservación.