INVESTIGADORES
FERNANDEZ CIRELLI Alicia
congresos y reuniones científicas
Título:
GESTIÓN DEL AGUA EN ESTABLECIMIENTOS LECHEROS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA
Autor/es:
OJEDA, C.; DI RISIO, C.; FERNÁNDEZ CIRELLI, A.
Lugar:
San José, costa Rica
Reunión:
Congreso; IV Seminario Internacional CYTED-XVII. Un enfoque integrado para la gestión sustentable del agua. Experiencias en gestión y valoración del agua; 2004
Institución organizadora:
CYTED
Resumen:
La República Argentina posee 3.712.500 bovinos de leche, que producen un total de 9.658 millones de litros de leche al año. Dentro de las producciones de origen animal, la producción de leche es una de las actividades de mayor consumo de agua, por sus características particulares. Del total del país, la Provincia de Buenos Aires posee 1.038.800 bovinos de leche, repartidos en cuatro cuencas lecheras: cuenca Abasto Norte, cuenca Abasto Sur, cuenca Oeste y cuenca Mar y Sierras. Las actividades agropecuarias son un factor que puede contribuir al deterioro de la calidad de los cuerpos de agua. En el caso particular de los establecimientos de producción de leche, el efluente generado provoca la incorporación de materia orgánica y nutrientes a los cuerpos de agua. En la cuenca Abasto Sur, la interconexión de los cuerpos de agua hace que el vertido en un sitio puntual pueda producir contaminación de otro cuerpo de agua a gran distancia de éste. La eutrofización de los cuerpos de agua de la zona está indudablemente ligada al aporte no sólo de los núcleos urbanos, sino a las fuentes difusas de contaminación (provenientes de las actividades relacionadas con la agricultura) y a fuentes puntuales como los establecimientos de producción lechera. La contaminación debida a fuentes puntuales puede ser mitigada a través de la incorporación de tecnologías adecuadas de uso de agua y de tratamiento de efluentes. En el presente trabajo, se analiza la gestión del agua en establecimientos lecheros de la cuenca Abasto Sur de la provincia de Buenos Aires, Argentina. La variación en el consumo de agua entre establecimientos es significativa. Se puede establecer que, en promedio, en la cuenca analizada, el consumo diario por animal es de entre 60 y 90 litros de agua; la destinada al funcionamiento de la instalación se estima en 75 litros por animal/día; alrededor de 50 litros por vaca y por día son eliminados como efluentes de los establecimientos. Estos efluentes tienen una composición química muy variable, el valor promedio de DBO5 es de alrededor de 1000 mg de O2/litro, lo que indica una carga orgánica mucho más elevada que la de un efluente domiciliario. Los establecimientos productores de leche que tratan sus efluentes lo hacen mediante lagunas de estabilización, de dimensiones muy variables tanto en superficie como profundidad y no siempre diseñadas en función del efluente a tratar. La variabilidad en su eficiencia es muy grande, pero en general no logran llegar al límite permitido en nuestra legislación para vertido a cuerpos de agua superficiales (DBO5 : 50 mg/L) En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. mucho más elevada que la de un efluente domiciliario. Los establecimientos productores de leche que tratan sus efluentes lo hacen mediante lagunas de estabilización, de dimensiones muy variables tanto en superficie como profundidad y no siempre diseñadas en función del efluente a tratar. La variabilidad en su eficiencia es muy grande, pero en general no logran llegar al límite permitido en nuestra legislación para vertido a cuerpos de agua superficiales (DBO5 : 50 mg/L) En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. 5 es de alrededor de 1000 mg de O2/litro, lo que indica una carga orgánica mucho más elevada que la de un efluente domiciliario. Los establecimientos productores de leche que tratan sus efluentes lo hacen mediante lagunas de estabilización, de dimensiones muy variables tanto en superficie como profundidad y no siempre diseñadas en función del efluente a tratar. La variabilidad en su eficiencia es muy grande, pero en general no logran llegar al límite permitido en nuestra legislación para vertido a cuerpos de agua superficiales (DBO5 : 50 mg/L) En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. En los establecimientos, la modificación de lagunas de estabilización ya construidas implicaría un costo que los productores no pueden ni absorber ni trasladar al producto. Vale aclarar que la rentabilidad del sector lechero es baja en estos momentos y, por lo tanto, las inversiones para mejorar la infraestructura son escasas. Un manejo eficiente del agua utilizada, cuya mayor parte se usa para refrigeración (aproximadamente un 70%), puede redundar en beneficios no sólo económicos sino también ambientales. 5 : 50 mg/L)