INVESTIGADORES
DELRIO Walter Mario
congresos y reuniones científicas
Título:
“Sobre banderas argentinas en un camaruco”.
Autor/es:
DELRIO, WALTER
Lugar:
Santa Rosa, La Pampa
Reunión:
Jornada; 4as Jornadas de Historia de la Patagonia.; 2010
Institución organizadora:
Universidad Nacional de la Pampa
Resumen:
Llegando el mediodía la celebración del nguillatun estaba avanzada y luego del purrún los cabecillas se disponían a reiniciar la ceremonia que realizaba la comunidad en recuerdo a quien consideraban como el “fundador” de la colonia, el abuelo, el tío querido. El motivo había sido la construcción de un monolito de hormigón que indicaba el lugar donde Miguel Ñancuche Nahuelquir había vivido hasta su muerte, muy próximo al alambrado que separaba a la Colonia Agrícola y Patoril Cushamen de los vecinos campos de la estancia perteneciente a la Compañía de Tierrras del Sud Argentino, otrora firma de capitales británicos y hoy día en manos del grupo Benetton. El monolito cumpliría con la función de hacer visible para el viajero, quien transitase por la ruta provincial número 4, el lugar preciso de la tapera de Ñancuche. Así lo había soñado uno de sus nietos. Así lo interpretó el resto de sus parientes que colaboraron con levantar el monolito y acordaron en la celebración de una rogativa que completase el par con la primera que se realizara en dicho sitio, cuando el gobernador de la provincia asistió a la inauguración del mismo en una ceremonia oficial. Fue entonces, cuando una discusión se generó entre quienes organizaron y participaban en la rogativa y dos visitantes de la comunidad de Antieco que habiéndose enterado del evento, asisitieron al mismo. Estos últimos solicitaron se cambiaran las banderas levantadas en la ceremonia, dos banderas argentinas, y que fuesen reemplazadas por las banderas mapuche de la provincia de Chubut, por entonces no hacía mucho tiempo creada pero ya difundida incluso en la misma escuela de la comunidad, donde el director había impuesto para los actos oficiales escolares. Los anfitriones explicaron que esas eran las banderas de la religión de su abuelo, y que de ninguna manera podían ser cambiadas. La discusión duró un largo rato hasta que uno de los cabecillas pidió disculpas porque tenían que terminar la ceremonia. La presencia de banderas argentinas en el camaruco de la comunidad y en esta oportunidad en el ngellipun en recuerdo de Ñancuche siempre habían llamado mi atención. Dicha discusión hizo por un momento visible una cuestión sobre la que muchas veces había pensado sin llegar a elaborar una pregunta directa. Esta, en todo caso, formaba parte de un conjunto de preguntas más amplias en relación con las narrativas históricas sobre el origen de la Colonia, en las cuales Ñancuche tenía un papel destacado al punto de ser él quien en directa negociación con el presidente Julio Roca obtiene un decreto del poder ejecutivo hacia 1899 a partir del que se hará el reconocimiento de la entrega de tierras a las familias por él representadas. Habría sido en ese contexto que siendo regaladas por el presidente unas banderas argentinas Ñancuche le habría asegurado que serían levantadas en su casa y camaruco. En mis primeros trabajos de campo en comunidades mapuche-tehuelche en el área norte de Patagonia una de las preguntas centrales era con respecto a las campañas de conquista estatal que se habían desplegado en la región entre 1878 y 1885 y los procesos posteriores que los habían afectado. Habiendo por entonces realizado el trabajo en archivos, bibliotecas y hemerotecas había considerado como un buen momento para cotejar la información obtenida con la memoria oral y al mismo tiempo llevar a cabo un trabajo de devolución en dichas comunidades de aquel material obtenido. Esperando encontrar un relato significativo con respecto a las campañas militares, encontramos no obstante que estas se diluían como tema en otros relatos sobre los "sacrificios de los abuelos", las penurias y los itinerarios que debieron padecer en un momento de suma confusión y para poder conseguir tierras en donde finalmente poder establecerse con los suyos. El relato sintéticamente rpesentado de la negociación de Ñancuche se encontraba dentro de estas historias de “sacrificios” hasta la radicación. No obstante, las caras de los agentes de dicha situación eran borrosas, así como la presencia de las fuerzas armadas estatales. Por el contrario la identificación de los antepasados y de la comunidad actual como "argentina" reproducía miradas y discursos ajenos pero claramente eran ejecutadas como discurso propio. No sería sino años después, cuando en conversaciones informales -y luego entrevistas- empecé a compartir otro tipo de historias. Estas, si bien también versaban sobre el sacrificio de los antepasados, eran historias tristes y se alejaban de aquel relato fundacional de las comunidades actuales en su relación con la argentinidad. Expresaban las experiencias de los abuelos trasmitidas en contextos de dolor, como un legado y enseñanza para las siguientes generaciones. Estos ngtram, historias verdaderas o genero veritativo, eran recordados cuando se juntaban los abuelos y frecuentemente eran contadas entre lágrimas. Sus marcas de apertura y cierre suelen ser "sabía llorar la abuela cuando contaba", "cómo lloraban cuando se juntaban y contaban", entre otras. Estas historias tristes forman parte también de las memorias de quienes las recibieron y transmitieron y que las vuelven a enmarcar en tanto "eso lo oí yo".