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La presentación retoma el tema de las relaciones entre narrativa y pintura en la obra de Saer, analizando especialmente los relatos reunidos en LA MAYOR (1976).   Hay en los relatos del libro al menos dos momentos de una visión que ha perdido para siempre la inocencia y la credulidad de la lengua y de la mirada: por una parte, la saturación cromática de lo material incapaz de decir nada, muda, sea en el negro pleno del grumo condensado de lo real, sea en el blanco enceguecido de una pared que no conserva ni dice, de nosotros, nada. Por otra parte, el movimiento de la disgregación, en cuyo curso aquello que la lengua pretendía tejido en una malla firme de lazos y de sentidos se descompone y se dispersa, algún momento del proceso por el cual lo que suponíamos un mundo o un orden se fuga, impúdico, de sí, y nos deja desnudos y ciegos. En La mayor, en el curso del libro mismo, la mirada, la voz y la sintaxis de los narradores repite ese movimiento que va y viene de la condensación a la disgregación; que según las circunstancias y las voces de cada relato desagrega en estadios o en grados diferentes todo lo que parecía nombrable y visible. No es posible leer estos movimientos y efectos de la mirada sin atender a la estrecha relación de los textos con imágenes visuales, con pinturas y pintores (se incluyeron en la presentación una serie de filminas con reproducciones de obras de arte, que se consignan en el texto de la presentación). La ponencia se vincula directamente con los objetivos 1 y 2 del Plan de Trabajo.

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