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Introducción En los últimos años se han registrado altos niveles de estrés crónico en niños, que podrían tener consecuencias desfavorables a largo plazo. Dado que la activación sostenida de los sistemas de respuesta de estrés puede perjudicar el desarrollo psico-físico saludable, disminuir su actividad en edades tempranas podría propiciar la salud y el bienestar. Durante la mediana infancia, la posición dentro del grupo de pares es de vital importancia y el rechazo puede resultar particularmente estresante. Numerosos estudios muestran una vinculación entre las relaciones interpersonales y la actividad de los sistemas involucrados en las respuestas fisiológicas de estrés. Se ha propuesto que el apoyo social y las relaciones positivas pueden tener una función reguladora (social buffering) frente a los posibles efectos negativos de los eventos estresantes. Recientes investigaciones han enfatizado el importante rol que pueden jugar los pares en atenuar el estrés (stress buffers) durante la infancia. ObjetivosEl objetivo de este estudio preliminar fue evaluar el efecto modulatorio de instancias contextuales que promueven la auto-percepción, la cooperación y la toma de perspectiva sobre las relaciones sociales entre pares y los niveles de estrés crónico en niños de mediana infancia.MetodologíaEl estudio se llevó a cabo en una escuela pública de Bariloche de nivel primario en niños de segundo grado. Una clase de 24 niños fue aleatoriamente asignada como grupo experimental, que participó de la intervención, y otra clase de 20 niños como grupo control. El programa de intervención consistió en 8 sesiones que constaron de tres instancias: prácticas de auto-percepción (que promueven la autoregulación emocional); juegos cooperativos (que favorecen la colaboración y ayuda mutua); y reflexión grupal (que favorece la toma de perspectiva). Mediante un Cuestionario Sociométrico se evaluaron las relaciones sociales dentro del grupo de pares. El Inventario Infantil de Estresores Cotidianos y los niveles de alfa-amilasa salival (waking levels) fueron empleados como indicadores de estrés crónico. Todas las variables se cuantificaron al comienzo y al final de la intervención en ambos grupos. ResultadosLuego de la intervención se observó un incremento significativo en las elecciones sociales positivas en el grupo experimental (t = -4,55, p < 0,0001), mientras que no se registraron diferencias en el grupo control (t = -0,79, p > 0,437). Asimismo, se observó una disminución significativa en las elecciones sociales negativas en el grupo experimental (t = 3,53, p < 0,002) pero no en el grupo control (t = -1,70, p > 0,103). Al comparar los índices de estrés percibido se registró una disminución significativa en el grupo experimental (t = 2,37, p < 0,027), no así en el grupo control (t = 0,95, p > 0,354). En relación a los niveles de alfa-amilasa salival se observó una disminución significativa en el grupo experimental (t = 2,66, p < 0,017), pero no en el grupo control (t = 0,25, p > 0,809). El ANCOVA de medidas repetidas mostró un efecto significativo del grupo (i.e., experimental y control) (F = 4,70, p = 0,035), pero no del momento de muestreo (i.e., pre y post intervención) ni del género (F = 1,19, p = 0,28 y F = 0,01, p = 0,91, respectivamente). La interacción entre los factores reveló diferencias significativas (F = 60,35, p = 0,00).DiscusiónEl presente estudio da cuenta de los efectos beneficiosos de participar de experiencias que promueven el desarrollo de la auto-percepción y la percepción de otros durante la mediana infancia. Los resultados describen cambios positivos en las relaciones sociales entre pares y en los niveles de estrés crónico, que pueden ser alcanzados mediante la implementación de este tipo de intervenciones en contextos educativos.

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