INVESTIGADORES
CIRIZA Alejandra Graciela
congresos y reuniones científicas
Título:
Política y subjetividad. Una mirada feminista sobre "ciudadanía global", nomadismos y escenarios transnacionales.
Autor/es:
CIRIZA, ALEJANDRA
Lugar:
Sao Paulo
Reunión:
Jornada; Terceiras Jornadas Latino-Americanas de Teoria Política; 2005
Institución organizadora:
Faculdade Filosofia, Letras e Ciências Humanas de la Universidade de São Paulo
Resumen:
Política y subjetividad. Una mirada feminista sobre "ciudadanía global", nomadismos y  escenarios transnacionales. Alejandra Ciriza Investigadora del CONICET Profesora de la UNCuyo. Unidad de Estudios de Género INCIHUSA- CRICYT Mendoza               Para la teoría y la práctica  política de los feminismos la cuestión del cuerpo, los modos de constitución de las identidades de los sujetos en razón de las diferencias corporales, la relación entre cuerpo y política, las estrategias de inscripción de las  demandas por derechos sexuales y reproductivos en el espacio público constituyen asuntos centrales. De allí la relevancia que tiene la  pregunta por la relación entre sujeto político y sujeto individual (Ciriza 2004; 2005).             En los últimos años se ha producido una transformación en las prácticas políticas de las feministas que reconoce como fecha clave la Conferencia de Beijing. Desde entonces  la cuestión de la transnacionalización del movimiento de mujeres, de la constitución de escenarios globales  al compás de la emergencia de un nuevo ordenamiento jurídico internacional que ofrece otros lugares de debate y confrontación constituye un asunto  de reflexión teórica y política.  Se habla de ciudadanías globales, nómades, multitudes,  nuevos bárbaros (Facio, 2002; Vargas, 2001; Rosenberg, 1999; Hardt &Negri, 2002).             A la zaga de Deleuze hay quienes han significado las transformaciones del capitalismo tardío como la instalación de un espacio liso de tránsito de mercancías y sujetos, un mundo “sin fronteras” donde la densidad de lo real  ha devenido  irrelevante, donde los anclajes históricos se han desvanecido en el aire, donde las marcas del cuerpo, la lengua materna, el color de la piel, los estigmas del hambre, las huellas de la educación y la pertenencia cultural nada  (o muy poco) significan. Desde mi punto de vista, sin embargo,  la negativa a considerar el peso de las tradiciones, las herencias, la memoria,  las genealogías, los cuerpos no es sino un síntoma, una ilusión recurrente: la humanidad ha soñado cuerpos angélicos, cadáveres incorruptibles, sujetos sin memoria a lo largo de generaciones enteras.  Hoy parece posible lograrlo, biotecnologías, redes informáticas  y transformaciones en el capitalismo mediante.             En este trabajo propongo una lectura crítica de estas posiciones a la luz de los puntos de vista sostenidos por la tradición marxista, la teología de la liberación, el psicoanálisis a partir de la hipótesis de que los y las sujetas encarnados que cruzan fronteras bajo condiciones no elegidas portan en las marcas de sus cuerpos, sus sexualidades, sus historias previas,  la densidad de sus experiencias (Hinkelammert,1996; 1998; 2002). Del mismo modo que el proyecto inmigratorio del siglo XIX fracasó para las élites porque los desheredados de entonces, la población excedente en las zonas más pobres de Europa,  no sólo tenía manos para trabajar, sino prácticas y tradiciones políticas a las que apelar, hoy  los desdichados y desdichadas de la tierra migran hacia los países centrales llevando con ellos y ellas algo más  que sus manos, llevan sus cuerpos, sus historias, sus lenguas.             Sin lugar a dudas es posible advertir una reconfiguración de escenarios, la constitución de un internacionalismo de nuevo cuño. Pero el fenómeno es bifronte:  incluye a integrantes de ONGS  internacionalizadas, académicas internacionales, integrantes de las  nuevas burocracias: consultoras y  especialistas,  pero también  mujeres del tercer mundo que limpian, cocinan, lavan, crían para otros y otras, mujeres que puede que sean muchas cosas, pero no  posthumanas y mucho menos ciudadanas globales (Sassen, 2002; 2003).