Cuerpo, sujeto y política. Puntuaciones sobre la estrategia butleriana de la parodia

CIRIZA, ALEJANDRA

El espacio textual. Entre literatura, psicoanálisis y filosofía

Alción

Lugar: Córdoba; Año: 2008; p. 143 - 165

El texto recorre   y analiza algunos nudos significativos de la respuesta teórica y política de Judith Butler a la cuestión de las consecuencias políticas de las diferencias entre los sexos desde un punto de vista crítico y situado. Desde que el dilema fuera planteado por Mary Wollstonecraft en los albores de la modernidad éste ha merecido  diferentes respuestas. Una de las últimas y más novedosas es la ofrecida por la teórica queer norteamericana Judith Butler. Butler intenta responder a las preguntas sobre los efectos políticos de la corporalidad y la subordinación de los sujetos diferentes, es decir, aquellos que ocupan posiciones que ella denomina “abyectas” en las sociedades actuales, apostando a una crítica radical de los atolladeros a los que conducirían las posiciones esencialistas y las políticas de la identidad. La  estrategia butleriana está centrada en un desplazamiento del territorio de la política y la corporalidad al del discurso, ubicándose en una posición que apuesta a la desconexión entre el viviente y el parlante.   Desde mi punto de vista si en lo referido a lo conceptual la propuesta butleriana da lugar a una nueva forma de idealismo que borra lo real en beneficio de los efectos performativos de los juegos de lenguaje,  esta operación teórica produce efectos tanto sobre su conceptualización respecto de la generización de los sujetos como en sus propuestas de intervención política,  que permanecen ubicadas en una suerte de "no lugar".   En lo que a estas últimas concierne, Butler considera que no hay criterios que permitan establecer con claridad la distinción entre argumentos justos e injustos, producidos tanto los unos como los otros como efectos de un mismo espacio de decibilidad (el universalismo de los derechos nacidos bajo el signo de las revoluciones burguesas). Por la otra no es posible prohibir los enunciados racistas,  por ejemplo, porque la consideración del racismo como una lesión a los derechos humanos de las personas es efecto de una forma de  universalidad vinculada a criterios históricamente limitados y por ello relativos. Finalmente para ella  no hay manera de escapar a la “vida psíquica del poder” en  quienes son oprimidos/as, al erotismo que la ley y su transgresión provocan. Por ello su propuesta política consiste en hacer de la intervención política una performance  paródica. Como ha señalado Martha Nussbaum (2007)  una política relativista de performances paródicas probablemente  sea posible, deseable,  e incluso eficaz en los campus de las universidades norteamericanas, pero difícilmente en los conflictos que protagonizan los y las   sujetos subalternos/as encarnados/as.