INVESTIGADORES
CASTELLANI Ana Gabriela
capítulos de libros
Título:
La evolución de la elite económica en la Argentina de los años noventa
Autor/es:
CASTELLANI, ANA GABRIELA
Libro:
Radiografía de la elite económica argentina. Estructura y organización en los años noventa.
Editorial:
UNSAM Edita
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2016; p. 57 - 88
Resumen:
Los años noventa fueron el escenario de un proceso de profundas transformaciones económico-sociales. Si bien durante la última dictadura militar se habían desmantelado los principales resortes del modelo de acumulación centrado en la industrialización por sustitución de importaciones, el entramado institucional que permitió la aplicación de políticas de reforma estructural de impronta neoliberal (privatizaciones, apertura comercial y financiera, desregulación de mercados, etc.) se construyó tras la crisis hiperinflacionaria de 1989. Es muy abundante la bibliografía académica que analiza este proceso de cambio estructural y sus consecuencias (Azpiazu, 1997; Basualdo, 2006; Schorr, 2004; Schvarzer, 1999). También es variada la literatura que analiza la reconfiguración del poder económico en la Argentina desde diversas dimensiones: los cambios en las fracciones de capital (Azpiazu, 1997; Basualdo, 2006; Wainer, 2010), las características y el rol de las principales corporaciones empresarias (Beltrán, 2006, 2011 y 2014; Dossi, 2010; Cobe, 2009; Palomino, 1988; Schvarzer, 1990 y 1991), el desempeño de las grandes firmas y su relación con el Estado (Azpiazu, 1997; Basualdo 2006; Castellani, 2009 a y b, 2012; Kulfas, 2001), sobre algunas importantes empresas o grupos económicos en particular (Artopoulos, 2009; Castro 2007 y 2008, Gaggero, 2011; López, 2006; Kulfas, 2001; Rougier, 2011; Schorr y Wainer, 2006). Sin embargo, aún son escasos los trabajos que analizan integralmente desde una perspectiva sociológica las características de la elite económica durante esos años de profundas transformaciones. En efecto, más allá del pionero trabajo de De Imaz (1964) sobre ?los que mandan? en la Argentina de los años sesenta, el estudio más focalizado en la elite empresaria de Cúneo (1967) en ese mismo período, o el ensayo de Nochteff (1994) sobre la relación estructural de la elite económica y el Estado a lo largo del siglo XX, prácticamente no hay investigaciones de empíricas que se ocupen de analizar a esta elite en su doble dimensión: a) la de las bases materiales del poder económico (fracciones del capital) y sus formas de articulación político-corporativa (corporaciones empresarias) y b) la de los individuos que ocupan posiciones claves en esas estructuras (presidentes de grandes empresas y/o grupos económicos y dirigentes de asociaciones gremiales del capital). Teniendo en cuenta las profundas transformaciones estructurales operadas durante los años noventa (Viguera, 2000; Beltrán, 2006 y 2011; Dossi, 2010; Acuña, 1995) es importante establecer las principales características de la elite económica y responder algunos interrogantes clave sobre su naturaleza: ¿se trata de una elite estable o inestable? ¿Abierta o cerrada? ¿Con alto grado de circulación/multiposicionalidad de sus miembros o replegada sobre sí misma? ¿Internacional o predominantemente vernácula? ¿Integrada a diversas redes sociales o aislada? ¿Estrecha o débilmente vinculada con el sector público? En este capítulo se propone responder a estas cuestiones mediante un análisis integral de las transformaciones operadas en la elite económica argentina entre 1990 y 2001. Siguiendo la tradición de Wrigt Mills (1963 [1956]) se define operacionalmente a la elite como un conjunto de posiciones estructurales claves del poder económico que son ocupadas por diversos individuos en cada momento histórico. Las posiciones aluden a la dirección (no necesariamente propiedad) de las firmas más importantes del país según su volumen de ventas y a la conducción de las principales corporaciones empresarias que organizan la representación político-corporativa del capital. Tomando en cuenta esta definición de las posiciones se consideran como miembros de las elites a todos aquellos que, a lo largo de esos años, hayan ocupado esos lugares. El supuesto teórico que subyace a esta definición, es que tanto las grandes firmas como las asociaciones empresarias inciden de manera determinante en el proceso de acumulación del capital, en la distribución de la riqueza y en la orientación de la intervención económica estatal en virtud del poder económico y del poder político que detentan. El primero se deriva de la posesión del capital organizado a través de las firmas y/o grupos económicos: decisiones sobre niveles y tipos de inversión de utilidades, de empleo, de producción y comercialización son de gran incidencia macroeconómica (elite empresaria). Este poder se refuerza (y se hace efectivo) en la acción política que despliegan a título individual o colectivo a través de las asociaciones corporativas del empresariado (elite corporativa).