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La técnica de electrohilado es un método eficiente para la fabricación de micro y nanofibras. Las nanofibras poseen gran relación área/volumen, porosidad y poros de muy pequeño diámetro, propiedades que las hacen atractivas para aplicaciones biomédicas: prótesis, liberación de drogas, etc [1-3]. Esta técnica depende de múltiples parámetros tanto operativos (voltaje aplicado, temperatura, flujo) como intrínsecos del sistema a electrohilar (peso molecular, concentración, viscosidad, tensión superficial, conductividad eléctrica, etc). El quitosano es un biopolímero derivado de la quitina, que es uno de los polisacáridos más abundantes en la naturaleza [4], obtenida frecuentemente a partir del exoesqueleto de los crustáceos. Posee propiedades muy útiles como biocompatibilidad, biodegradabilidad, actividad antimicrobiana, etc., pero la producción de nanofibras de este polímero es muy dificultosa debido a su insolubilidad en solventes orgánicos, carácter iónico en solución y la formación de redes tridimensionales por fuertes enlaces de hidrogeno [5]. Existen varios trabajos que reportan la obtención de nanofibras de Quit a partir de soluciones de acido acético (HAc), combinado con polióxido de etileno (PEO), polivinilalcohol (PVA) [6-7], etc, observándose que las propiedades de los sistemas a electrohilar depende fuertemente de las características del quitosano usado y de la soluciones obtenidas con HAc. Todas estas condiciones hacen necesario caracterizar los sistemas a electrohilar, para hallar los parámetros óptimos de procesamiento y generar fibras homogéneas y con buenas propiedades mecánicas. En este trabajo se presentan resultados preliminares realizados con el fin de poner a punto la técnica de electrohillado para la obtención de fibras compuestas basadas en Quit.

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