INVESTIGADORES
ABATE Sandro
capítulos de libros
Título:
Giardini chiusi: la arquitectura paradisíaca de Gabriele d’Annunzio
Autor/es:
ABATE, SANDRO
Libro:
Escritores malditos, escritores prohibidos
Editorial:
Editorial de la UNT
Referencias:
Lugar: San Miguel de Tucumán; Año: 2009; p. 21 - 40
Resumen:
Grandes segmentos de la poesía europea de fines del siglo XIX se construyen en función de las tensiones que mantienen frente al sistema cultural hegemónico, reproductor del modelo social mercantilista y liberal de la burguesía. Encaminada hacia la refutación de tal modelo, una de las proyecciones figurativas que suele asumir esta formación hostil aparece cifrada en términos de la voluntad de aislamiento del mundo. Dicha propensión evasiva ha asumido disímiles diseños metafóricos, que concuerdan en la delimitación de un territorio ideal, aislado y circunscripto: el bosque de símbolos, la torre de marfil, la isla perdida, el jardín o el huerto, por mencionar algunos. Dentro de las fronteras de ese espacio será posible asistir a la manifestación plena de una naturaleza diferente, a una dimensión alternativa con respecto al sistema hegemónico. Diversas claves recurrentes sostienen las bases ideológicas de este escenario. La llamada aristocratización del arte, la exaltación de lo irracional, la exploración de los matices de la enfermedad o la búsqueda de la belleza formal, son concepciones que se encaminan hacia la impugnación directa de los enclaves materiales e ideológicos en los que se asienta el mundo burgués. En el Poema paradisiaco (1893), Gabriele d’Annunzio compone una colección lírica sobre la base de la idea del jardín (hortus) como un espacio circunscripto. Como un jardín también, la disposición del libro aparece delimitada en sus estructuras, ya que lo integran un Prólogo, tres secciones (“Hortus Conclusus”, “Hortus Larvarum” y “Hortulus Animae”) y un Epílogo. Este diseño le proporciona un fundamental significado al volumen, al enunciar tres expresiones de la subjetividad, surgidas de la condición de habitar (o no habitar más), tales escenarios. La hipótesis que quisiera arriesgar es que el jardín constituye el campo de poder que hasta el Renacimiento habitaba el artista y del que luego fue paulatinamente desalojado, desde que sus funciones estratégicas de control social y legitimación fueron adjudicadas por el sistema burgués a otras instituciones de la Modernidad. Las vinculaciones que pueden establecerse entre estos diferentes escenarios dinamizan el argumento subyacente en el texto y proponen una nueva evaluación de la función del arte en la cultura y en la sociedad.