Cuerpo propio y situación: el paradigma de la encarnación como propuesta metodológica para una fenomenología del cuerpo

BATTÁN HORENSTEIN, ARIELA

Buenos Aires

Congreso; XV Congreso Nacional de Filosofía; 2010

Asociación Filosófica de la República Argentina

La fenomenología husserliana y merleau-pontyana constituyen los pilares fundamentales de lo que, entrado el siglo XX, se ha dado en llamar fenomenología del cuerpo, entendiendo por esto la postulación de un nuevo punto de partida para la asunción de la temática de la corporeidad superadora de las limitaciones del legado del sustancialismo cartesiano. El “descubrimiento” del cuerpo propio, la encarnación de la conciencia y la definición del mundo como polo intencional dan a la fenomenología del cuerpo sus caracteres distintivos y permiten describir la experiencia. Sin embargo, ciertas críticas recaen sobre ella motivadas por la dificultad de dar continuidad metodológica y sistematicidad conceptual a esas descripciones. ¿Es posible generalizar la descripción de la experiencia?, ¿cómo evitar el riesgo del solipsismo?, ¿cómo conciliar el registro en primera persona con un informe en tercera persona?, en definitiva, ¿puede la fenomenología ser “instrumentalizada” metodológicamente?, y en caso de que pudiera serlo, con que finalidad. Desde la fenomenología algunos autores han tomado en serio estas preguntas y han comenzado a dar respuestas (N. Depraz, D. Zahavi), otros lo han hecho desde una zona menos demarcada y más interdisciplinaria. A partir de los años ’90 y hasta la actualidad ha ido cobrando forma una preocupación por el tema de la corporeidad que se caracteriza, en primer lugar, por renunciar a los márgenes de problematización impuestos por el pos-estructuralismo (ceñidos a la crítica y denuncia por la marginalización del cuerpo), y, en segundo lugar, por estar muy influenciada por la fenomenología (en especial la merleau-pontyana). Esta preocupación se encuentra presente, aunque con distintas denominaciones y desde distintas perspectivas disciplinares, en la propuesta del corporeal turn (Sheets-Johnstone), de embodied cognition (Gallagher), de embodied reason (Johnsosn) y del embodiment paradigm (Csordas). En líneas generales lo que comparten estas posiciones es la asunción de la base corporal de la cognición y la acción humanas, y se proponen, recuperando el legado fenomenológico aunque con la pretensión de llevarlo todavía más lejos, hacer de su descubrimiento del cuerpo propio y la experiencia de la subjetividad encarnada la condición existencial que marca el inicio de toda investigación antropológica, epistemológica y práctica. En este trabajo, y en orden a contribuir con la conformación de este paradigma, me interesa precisar las nociones merleau-pontyanas de cuerpo propio y situación, en la medida en que permiten dar cuenta de la acción significativa. Estas nociones aparecen en el contexto de la filosofía de Merleau-Ponty como superadoras de las más limitadas nociones de conciencia y organismo, mediante las cuales se explica la acción con sentido como una relación de estímulo-respuesta (mediada por representaciones en el caso del intelectualismo). Las nociones de cuerpo propio y situación, en cambio, están relacionadas con la capacidad del individuo de hacer presa de su medio y de la institución de una intercorporeidad (como forma de intersubjetividad) que nos abre a las significaciones de los otros. El interés que motiva este trabajo exegético, dentro de un proyecto de mayor envergadura como es el paradigma de la encarnación, es el de suplir la falta de una asunción contextualizada de las nociones del legado merleau-pontyano, pues en algunos casos se toma, por ejemplo, el cuerpo propio como una herramienta conceptual lista para ser aplicada, sin tener en cuenta que esa sola no redefine una constelación conceptual, sino que es más bien la redefinición previa de la comprensión de la experiencia la que origina la aparición del cuerpo propio. El trabajo consta de dos partes una dedicada a precisar las principales coordenadas teóricas que caracterizan el paradigma de la encarnación, y una segunda parte en la que dedicaré a precisar las nociones mencionadas y reflexionar sobre el alcance de las mismas.