INVESTIGADORES
SZULC Andrea Paola
congresos y reuniones científicas
Título:
Crianças e direitos indígenas na Argentina
Autor/es:
ANDREA SZULC
Lugar:
São Carlos
Reunión:
Simposio; II Simposio Crianças/Infâncias indígenas; 2014
Institución organizadora:
Universidade Federal de São Carlos
Resumen:
Las experiencias cotidianas de los niños indígenas en Argentina transcurren en un escenario complejo, en el cual se despliegan tensiones entre estados, empresas privadas, comunidades, organizaciones indígenas y otros actores sociales con intereses contrapuestos. Tales tensiones se encuentran históricamente enraizadas en el modo que fue incorporada la población indígena al estado nación argentino, que si bien varió regionalmente (v.g. Szulc 2004), implicó a nivel general, procesos de genocidio, subordinación, expulsión de sus territorios y políticas asimilacionistas , que han ´significado la negación y estigmatización de la propia identidad, mediante la prohibición -explícita o implícita- de sus prácticas socioculturales y lingüísticas´ (Hecht y Szulc, 2006). Pues Argentina -desde su origen como estado-nación- se ha pensado como una nación ´blanca´, casi europea. Así, el sentido común hegemónico en Argentina ha excluido a los pueblos indígenas de la identidad nacional, proyectando y relegando su existencia a un tiempo pasado remoto, previo a la conformación del estado nación (Szulc 2004). Esto, por una parte, ha implicado un tardío reconocimiento legal de sus derechos, junto con una marcada asistematicidad en la política indigenista, signada aún hoy por la tendencia a ´dar respuestas puntuales a casos puntuales´ (Briones 2005:36). Por otra parte, ha significado la fosilización de las culturas indígenas y la consecuente deslegitimación de sus manifestaciones culturales contemporáneas (Chiodi 1997), especialmente en los discursos canonizados, como se puede ver en el tratamiento del tema indígena en los contenidos educativos (Novaro 1999), ´donde subyace hasta el día de hoy el enfoque evolucionista decimonónico´ (Szulc 2004) o en la reciente exhibición de vestimentas y otros objetos indígenas de manera totalmente descontextualizada en el stand de Etnografía de la muestra Tecnópolis. No obstante, la población indígena en la Argentina tiene mayor peso demográfico del que usualmente se cree, habiendo sido estimada en casi un millón de personas por el último censo nacional (2010), esto es un 2,38% de la población total, mientras que investigaciones genéticas recientes han revelado que más del 50% de la población argentina tiene ascendencia indígena. La población mapuche se ha estimado entre 110,000 y 300,000 personas, con un porcentaje significativo asentado en núcleos rurales no articulados como comunidades, y más del 70% instalados más o menos precariamente en centros urbanos, debido al cada vez más pronunciado constreñimiento territorial. En las ciudades, los niños tienen quizá más posibilidades de acceder al sistema educativo, pero al mismo tiempo sufren en mayor medida la impugnación de su pertenencia indígena. En la provincia de Neuquén, donde investigo desde el año 2000, la población indígena asciende a casi un 10% del total. Asimismo, a partir de los avances en materia de reconocimiento de derechos a nivel internacional y de la presión de las propias organizaciones indígenas, en las últimas décadas más de 18 pueblos indígenas han ganado visibilidad y reconocimiento de derechos específicos, los más relevantes incluidos en la Constitución Nacional de 1994, y en el convenio 169 de OIT, en vigencia desde 2001. Sin embargo, este tardío reconocimiento por parte del Estado argentino ha sido calificado por distintos investigadores como ´tibio´, ´morno´ (Mombello 2002), meramente enunciativo o como un ´pseudo-reconocimiento, en el sentido de arrogarse la mayor parte de las veces la prerrogativa de interpretar las ´verdaderas necesidades´ de la gente, como necesidades a ser organizadas, tuteladas y resueltas la mayor parte de las veces por agentes externos´, cuyo compromiso con la implementación de las políticas públicas necesarias para la concreción de tal reconocimiento ha sido bajo (Briones y Carrasco 2005:229). Tan bajo nivel de implementación es aún más notorio en lo que atañe a los territorios indígenas - para comprender lo cual es insoslayable atender a los recursos naturales en juego (tierras que con el avance de la soja pasaron a considerarse cultivables e hidrocarburos) y a cómo gravitan intereses privados pero también de cada provincia (estado) y del Estado nacional, en el marco de un modelo de desarrollo muy ligado a tales recursos. Entonces, ¿cuál es el lugar de los niños en estos procesos? En la actualidad, las situaciones de exclusión, despojo territorial y de escasa implementación de los derechos indígenas, implica que muchos niños indígenas atraviesen situaciones de privación y violencia tanto al norte como al sur del país. Situaciones ante las cuales las demandas y contraargumentos suelen expresarse apelando a los derechos indígenas y/o a los derechos del niño y/o a los derechos sociales, imbricación sobre la que es mi cometido en esta oportunidad reflexionar.