Peregrinaje, exilio, errancia. Pedro Henríquez Ureña según Rafael Gutiérrez Girardot y Arcadio Díaz Quiñones

CAROLINA SANCHOLUZ

La Plata

Jornada; Coloquio 2013 PIP 033 Redes intelectuales entre los universos letrado y popular en la cultura argentina 1920-1960: análisis de prácticas discursivas y de archivos documentales; 2013

PIP 033/ IDIHCS

Procuro aquí detenerme brevemente para indagar en el o en los sentidos que implican las intervenciones críticas de Rafael Gutiérrez Girardot y Arcadio Díaz Quiñones en tanto ambos coinciden, en momentos diferentes, en un mismo gesto de reubicar, repensar y reparar la ausencia de una lectura rigurosa de la trayectoria intelectual de Henríquez Ureña, tramando su obra y su vida en relación por momentos tensa y problemática respecto de su contexto histórico, social, ideológico, cultural, político. Ambos críticos, no en vano ellos mismos atravesados por la experiencia del desplazamiento, subrayan el exilio como la condición definitoria del intelectual moderno y coinciden en reafirmar la importancia del rol de maestro que ocupó el intelectual dominicano. Sujeto casi siempre a la contingencia, muchas veces en la angustiada vivencia de la precariedad, montando y desmontando casas, añorando sus libros, Henríquez Ureña hallará en la escritura y en el trabajo de fundador y promotor de instituciones culturales un modo de paliar las consecuencias del peregrinaje y del exilio que constituyeron desde muy joven el resorte básico de su experiencia vital.