CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Aristóteles: el rol de la dialéctica dentro del proceso inductivo de adquisición epistémica
Autor/es:
MIGUEL ALEJANDRO CASTAÑEDA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XV Congreso Nacional de Filosofía, AFRA; 2010
Institución organizadora:
Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Buenos Aires
Resumen:
Plantear la cuestión de cuál es el rol de la dialéctica dentro del proceso inductivo podría sugerir que la dialéctica, en el orden procedimental, cumple una función especial dentro de la inducción: puntualmente, que la epagoge procede por medio de la aplicación de un mecanismo dialéctico. Pero, esta tesis es difícil de sostener sin  más, porque la dialéctica y la inducción implican procedimientos metodológicos diversos en aspectos relevantes: por un lado, Aristóteles asevera que la dialéctica, que es un procedimiento discursivo que parte de y recae sobre creencias universal o generalmente admitidas (endoxa) (Tópicos I.1, 100a18-21, 30), es útil para el conocimiento de los primeros principios científicos cuando se plantean problemas acerca de los conceptos básicos de las ciencias (Tópicos I.2, 101a34-b4). Por otro lado, el filósofo sostiene que por medio de la epagoge se llegan a conocer los primeros principios de las ciencias (Segundos Analíticos II.19, 99b26-100b4) y que la sensación es la capacidad cognitiva necesaria para el progreso de este mecanismo (Segundos Analíticos I.18). Ahora bien, dentro de este último contexto no se define la epagoge como un procedimiento que se desarrolla a través de una estructura argumentativa dialéctica en particular ni siquiera en virtud de un mecanismo silogístico en general[1]; pero, además, se afirma categóricamente que la percepción desempeña una función indispensable dentro de la inducción[2], función que no se da exactamente con ese tenor en el método dialéctico[3].  A partir de esta interpretación podría parecer que no hay ninguna vía argumentativa para continuar examinando si la dialéctica ocuparía algún lugar dentro de la inducción. Pero, veamos por qué, en principio, éste no sería el caso: recuérdese que la inducción, en contextos especialmente epistémicos, se describe como un mecanismo progresivo de generalización de la información que está involucrada en la aprehensión sensible, y que esta aprehensión es acerca de objetos singulares en tanto que miembros de una determinada clase (kai gar aisthanetai men to kath’ hekaston, he d’ aisthesis tou katholou estin; Segundos Analíticos II.19, 100a16-b1). Estimo que esta última afirmación da lugar para profundizar, desde lo que implica el conocimiento sensible, en la cuestión acerca de cuál es la conexión que se podría establecer entre la dialéctica y la inducción (o, más específicamente, entre el conocimiento endoxástico y el fenómeno sensible)[4], preguntando, puntualmente, (1) cuál es la relación entre la sensación y las cosas del mundo y (2) si existe algún tipo de condicionamiento teórico en la percepción.    En esta exploración se estarán evaluando los supuestos teóricos en que se apoyan algunas interpretaciones del realismo aristotélico posiciones como las de Irwin (realismo metafísico) y Nussbaum (realismo interno). A pesar de que tales supuestos no conciernen puntualmente a cuestiones relacionadas con la teoría de la percepción, al ser consideraciones acerca de la epistemología aristotélica en general, definirían, de alguna manera, diversos posicionamientos del estagirita con respecto a la percepción: básicamente, la diferencia entre uno y otro autor estriba en negar -como hace el realismo metafísico de Irwin[5]- o afirmar -como propone el realismo interno de Nussbaum[6]- la existencia de un sustancial aspecto interpretativo dentro de la doctrina aristotélica de la percepción. El punto a demostrar con relación a estos supuestos teóricos es que, aunque ofrecen herramientas conceptuales útiles para entender el asunto que procuro examinar en este caso, plantean una dicotomía tajante y, por tanto, insatisfactoria para abordar la compleja reflexión aristotélica acerca del conocimiento perceptual. Así, pues, frente a las interpretaciones de Irwin y Nussbaum, la tesis que intentaré defender en este escrito consiste en afirmar que hay una incidencia relevante limitada de las creencias colectivas en las percepciones. Y propongo que a partir de esta tesis se puede resolver, consiguientemente, el rol de la dialéctica dentro de la inducción en los siguientes términos: el conocimiento dialéctico suministraría los condicionamientos teóricos que el sujeto cognoscente necesaria y naturalmente adquiere y debe desarrollar en el proceso de captación de los fenómenos sensibles, susceptible de un mejoramiento epistémico. Para desarrollar mi tesis supongo que el filósofo analiza el fenómeno de la cognición perceptual estableciendo, de un modo consistente, por un lado, las características del objeto de conocimiento; y, por otro lado, las condiciones del sujeto cognoscente. Y creo que este análisis diversificado permitiría explicar por qué habría una organización teórica endoxástica del material que se extrae a partir de la sensación sin que ello signifique obviar el hecho de que, para Aristóteles, los objetos de la naturaleza son, efectivamente, causa de las percepciones. Εxaminaré algunos pasajes en los que siguientes textos (1) Segundos Analíticos II.19, donde se describe el proceso genético de formación de conceptos; (2) algunos capítulos de Acerca del Alma (II.5-12 y III.1-3), que conforman un desarrollo sustancial de la percepción; (3) pasajes de Segundos Analíticos II, que componen lo que comúnmente se conoce como la teoría aristotélica de la definición nominal; (4) la introducción de Física I.1, donde el estagirita presenta los lineamientos generales de la metodología científica y (5) los capítulos 5 y 6 de Metafísica IV, en los que Aristóteles discute con la posición relativista de Protágoras.      [1] El tenor de esta afirmación debe ser necesariamente moderado, ya que la inducción es también analizada  como una forma de silogismo (Primeros Analíticos II.23; Segundos Analíticos I.1, 71a1 y sigs.; Tópicos I.12, etc.). La propuesta sería considerar, entonces, que la inducción no está indispensablemente ligada al silogismo, aunque mantiene una conexión relevante con dicho mecanismo a la hora de explicar de qué modo se aplica el mecanismo inductivo.  [2] Epagchthenai de me echontas aisthesin adynaton… oute di’epagoges aneu tes aistheseos (Segundos Analíticos I.18, 81b5-6, 9). [3] Sobre la función relevante de la percepción dentro de la dialéctica ver, por ejemplo, Tópicos I.14, 105b1; 105b10-11; Primeros Analíticos II.27, 70a10; Ética Nicomáquea X.1, 1172a33-b1, 1172b4-7; X.8, 1179a17-23; Ética Eudemia I.6, 1216b26; 1217a10-15. [4] También uno podría preguntarse por la relación entre endoxa y phainómena kata ten aisthesin a partir del hecho de que ambos tipos de conocimientos integran el orden de la experiencia (empeiría) (cf. Del Cielo III.4, 303a20-23); de modo que tienen, en principio, un punto en común, aunque Aristóteles, sin embargo, los distingue. [5] Cf. Irwin (1988), p: 3-7, con p: 30-36.  [6] Cf. Nussbaum (1995), especialmente, p: 334-336.