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La presente publicación abarca una mayor cantidad de legajos que los contenidos en el Tomo I, ya que no solamente se incluyen las secciones Gobierno y Contaduría de la División Nacional, sino que también se han descripto los Protocolos de Escribanos, el Registro de Propiedades, Hipotecas, Embargos e Inhibiciones y los Juzgados de los fueros Criminal, Comercial y Civil, este último junto a las Sucesiones. En lo que respecta a la identificación de los fondos documentales, la aplicación de las Normas ISAD-G ha sido comparativamente más difícil en el Período Nacional que en el Período Colonial, especialmente por dos razones. En primer lugar, la inestabilidad institucional propia del período histórico que abarcan los documentos, vale decir entre la Revolución de Mayo de 1810 y la Batalla de Pavón en 1861. Los organismos públicos duraban menos tiempo y sus funciones eran más variables, además de estar sujetas, muchas veces, a la marcha de los acontecimientos políticos y, sobre todo, bélicos. En segundo lugar, estos documentos fueron más afectados por los procesos de reordenamiento interno y por las clasificaciones temáticas que procuraron imponerse en el Archivo General, en especial, a partir de 1860 y hasta 1960. La presencia de unidades de conservación que incluían asuntos muy disímiles obligó, siempre que fue posible, a su minuciosa apertura para poder asignarle a las piezas un lugar en el cuadro de clasificación general, aunque en ningún caso se alteró la conformación de los legajos, de modo de no invalidar las citas documentales ni perjudicar el trabajo de los investigadores. Vale decir que el objetivo fue reorganizar los documentos en forma intelectual, sin alterar el orden físico. Asimismo, se aprovechó la oportunidad para describir aquellas unidades que figuraban como Varios, tanto en la Sección Gobierno como en la Sección Contaduría reconociendo, en todos los casos, al organismo productor.

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