Privatización de espacios públicos y segregación espacial en ciudades medias

VELÁZQUEZ, G

Valdivia

Simposio; III Seminario Internacional de Estudios Urbanos; 2001

Univ. Austral de Chile

Los procesos de concentración económica y regresividad han impactado en todas las escalas urbanas llevado a las ciudades intermedias a niveles inéditos de fragmentación social con la consecuentes desocupación e inseguridad urbana. Uno de los fenómenos más destacables es la privatización de espacios públicos y el absoluto abandono de lo que no se considera “rentable”.   La crisis del sector productivo y la consiguiente reconversión económica llevan a fuertes conflictos de interés. Así, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires se han ensayado diversas alternativas (radicación de empresas, instalación de casinos, creación de parques mineros, construcción de cárceles) que llevan a reflexionar sobre la teórica externalidad de algunas localizaciones. Así, por ejemplo, en los textos de geografía urbana se señala que ante la localización de una nueva cárcel deberían predominan las externalidades negativas, sin embargo, en un contexto de profunda crisis económica, esta localización es evaluada positivamente por la población afectada.   Los circuitos de relaciones sociales se fragmentan en forma paralela a la diferenciación económica. Los espacios del ocio, consumo y residencia se diferencian fuertemente según clases sociales. Paralelamente la percepción de lo “bueno” y lo “malo” se tiñe frecuentemente con (pre)juicios de valor basados en los apellidos o en la condición migratoria. La localización de hipermercados ha producido fuertes cambios en algunos sectores urbanos, compeliendo al cambio de hábitos en modalidades de comercialización y contratación de personal.  La privatización de servicios públicos trajo aparejado un incremento desproporcionado de las tarifas, en tanto que la concentración de los medios de difusión contribuye al absoluto encubrimiento de los procesos señalados, resultando funcional a los sectores hegemónicos. La apatía, la falta de pensamiento crítico y la desilusión general llevan a un descreimiento en las instituciones, disminuyendo la participación ciudadana y aumentando la crisis de representatividad en la dirigencia.