INVESTIGADORES
SOPRANO MANZO German Flavio
libros
Título:
Un Estado con rostro humano. Funcionarios e instituciones estatales en la Argentina (1880 a la actualidad).
Autor/es:
BOHOSLAVSKY, ERNESTO Y SOPRANO, GERMÁN
Editorial:
Universidad Nacional de General Sarmiento / Prometeo Libros
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010 p. 463
ISSN:
978-987-574-397-7
Resumen:
El Estado ha permanecido en el centro de las reflexiones políticas, científicas y sociales occidentales modernas y contemporáneas atendiendo a muy diversas razones. En algunos casos para afirmar su carácter de institución política clave para la producción de un orden social o para garantizar la realización de la ciudadanía; en otros casos con el objeto de comprender su génesis y desarrollo histórico con el objeto de defenderlo, asediarlo, cooptarlo, transformarlo o incluso para proclamar su ineludible disolución. La indagación en torno a lo estatal ha sido central en la producción intelectual metropolitana, pero también en latinoamericana en general y argentina en particular. Las disciplinas científicas creadas a mediados o finales del siglo XIX en el Atlántico norte y América Latina se daban y siguen dando la mayoría de sus objetos y temas de estudio en relación con y/o en función del problema del Estado. El conocimiento producido por las ciencias sociales desde hace tiempo que se arremolina en torno al Estado, no sólo por su centralidad política sino también porque él ha provisto y provee a la financiación de estas pesquisas y a su configuración institucional, contribuyendo decisivamente a la formación de las agendas de investigación. Así, la ciencia política tuvo por objeto el Estado, fundamentalmente, en su dimensión organizativa, sus relaciones con regímenes políticos, la opinión pública y formaciones partidarias y parlamentarias y la definición de agendas y de políticas. Las relaciones internacionales se dedicaron al estudio de las interlocuciones y disputas entre los Estados: tanto la perspectiva clásica de las relaciones internacionales (la que va de John Locke a Morgenthau), como las diversas teorías de la guerra y el actual mainstream neorrealista, insisten en la centralidad del Estado nacional en este campo, aun frente a la potencialidad de las ONGs, de los organismos internacionales y del ingobernable capital transnacional o globalizado. La antropología social, por el contrario, recibió y asumió como propia la misión de atender y comprender a aquellos pueblos y personas caracterizados primordialmente por carecer de una organización estatal, o al menos una estatal secular y moderna. Sus saberes, sin embargo, tenían como consumidoras unas clases dirigentes metropolitanas deseosas de explorar y reconocer a poblaciones expresivas de la otredad radical del occidente capitalista. El objeto de esa tarea era comprender y dominar a esos grupos en el curso de procesos económicos, políticos y culturales de producción y actualización de sus Estados imperiales y nacionales. Finalmente, también a mediados del siglo XIX, la disciplina histórica se constituyó como el aparato encargado de crear, reproducir e imponer un relato legítimo y legitimante acerca del surgimiento del Estado nacional, del accionar de sus padres fundadores y de acontecimientos vinculados primordialmente a la política dentro de ese Estado.