INVESTIGADORES
ROZENWURCEL Guillermo
capítulos de libros
Título:
La compleja relación entre democracia y economía
Autor/es:
G ROZENWURCEL
Libro:
La Centenaria apuesta de la Argentina democrática
Editorial:
Prometeo
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2018; p. 35 - 57
Resumen:
La ilusión de que la redemocratización iniciada en 1983 significaría crecimiento y desarrollo económico con equidad se transformó, con el correr de los años, en desencanto.?Con la democracia se come, se cura y se educa? profetizó Alfonsín. Hoy sabemos que esa profecía resultó equivocada.De hecho, tampoco es válida a escala internacional. Los países redemocratizados de América Latina no muestran, en líneas generales, una trayectoria económica muy superior a la argentina.Pero tampoco fue lineal la relación entre democracia económica y desempeño económico en las economías avanzadas. El período de ?la gran moderación? iniciado en los 80s alentó esperanzas sobre una causalidad que iría de la democracia al crecimiento económico, pero la crisis financiera de 2008 y el inicio de lo que muchos economistas llaman ?nueva normalidad?, caracterizada por la tendencia al ?estancamiento secular?, también frustró esas esperanzas. A escala mundial la situación se caracteriza por el cuestionamiento a la globalización y por el deterioro de la ?calidad? de las democracias más allá de la vigencia de procedimientos democráticos en las elecciones de autoridades.Ante esta realidad, la idea impulsada por los organismos multilaterales, en particular el Banco Mundial, y otras usinas de pensamiento que pregonaban los efectos favorables de la democracia sobre el crecimiento ha quedado archivada y en desuso.Si esto es cierto, una primera conclusión es que las posturas a favor de la democracia deben apoyarse en sus bondades per se, no en sus supuestas ventajas económicas. La tradicional volatilidad política y económica, la ?miopía? de los actores sociales (cuyas decisiones carecen de una perspectiva de largo plazo) y el agudo conflicto distributivo son tres factores de larga data presentes en nuestro país.En alguna medida esto nos hizo ?precursores? del divorcio entre democracia y desempeño económico que hoy parece extenderse en muchas regiones del mundo. Podría decirse, con alguna cuota de humor negro, que el mundo amenaza argentinizarse.Los tres factores mencionados persisten sin cambios en la nueva fase democrática de nuestro país iniciada en los ochentas, y siguen impidiéndonos lograr una estabilidad macroeconómica duradera. También continúan bloqueando las transformaciones de la estructura productiva necesarias para el desarrollo sostenible, perpetúan el movimiento pendular que nos hace oscilar recurrentemente entre una apertura irrestricta hacia el resto del mundo (tanto comercial como financiera) de efectos nefastos, y un aislamiento igualmente nocivo e insostenible. De hecho, a partir de la crisis del modelo agroexportador, las expansiones relativamente más prolongadas (primer peronismo, la década ?corta? de los sesentas, los períodos menemista y kirchnerista) desaprovecharon condiciones externas excepcionales (de términos de intercambio o acceso a los mercados financieros internacionales) y, en lugar de transformar las expansiones en crecimiento sostenido, llevaron adelante políticas económicas inconsistentes y carentes de una perspectiva de largo plazo. Esas políticas acarrearon déficit fiscales crecientes, severos desajustes de precios relativos (principalmente el ?atraso? del tipo de cambio y las tarifas públicas) y, en consecuencia, fogonearon el consumo público y privado a costa de la inversión, descapitalizando la economía. Además, desde mediados de los setentas el Estado tendió a expandirse a costa del sector privado, pero su captura política por diferentes grupos de interés y el persistente empeoramiento de la calidad de su burocracia contribuyó al progresivo deterioro en la cobertura y la calidad de los servicios públicos y las prestaciones sociales.