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A pesar de los beneficios cruciales obtenidos con vacunas desarrolladas para ciertas afecciones, muchas enfermedades tropicales no cuentan con una vacuna efectiva. La Enfermedad de Chagas, producto de la infección por el protozoario Trypanosoma cruzi, es una de ellas. A pesar de haber transcurrido un siglo desde su descubrimiento y debido a su curso clínico silencioso y a que está estrechamente relacionada con la pobreza, continúa formando parte de la lista de enfermedades descuidadas en Latinoamérica. La ventaja de una vacuna para la Enfermedad de Chagas sería significativa no sólo en términos de salud pública, sino también en un sentido económico y social. Se han llevado a cabo varios enfoques experimentales tendientes a desarrollar un inmunógeno potencial contra T. cruzi. Nuestro grupo de investigación viene trabajando desde hace más de 30 años en ensayos de inmunización con parásitos vivos naturalmente atenuados. En los últimos años y gracias a los avances realizados en cuanto a la genómica de tripanosomatideos y al desarrollo de nuevas técnicas de biología molecular, es que hemos podido llegar a modificar genéticamente líneas de T. cruzi, carentes de genes metabólicos específicos. La evaluación de estos parásitos mutantes se enfocó principalmente en determinar la persistencia de los mismos en el hospedador inmunizado y si estos animales inmunizados y desafiados con parásitos virulentos eran capaces de controlar la infección virulenta. Nuestros resultados demuestran que parásitos genéticamente atenuados serían buenos candidatos para ser evaluados en mayor extensión como posibles inmunógenos contra T. cruzi, sobre todo en lo relacionado a eficacia y seguridad, que es lo primordial a la hora de desarrollar un inmunógeno para la Enfermedad de Chagas.