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El trabajo vuelve a analizar lugares significativos de la obra de don Juan Manuel en los que se pone en evidencia su peculiar conciencia literaria, consistente en la exposición de la convención narrativa, el cruce de los planos de realidad y de ficción, la preocupación por la integridad de su obra en el seno de una cultura manuscrita.Este recorrido permite apreciar el modo concreto en que don Juan se constituye en autor de una obra e inscribe su subjetividad en el texto y en la historia. Vemos que esta operación, muy significativa en el proceso que lleva a la emergencia del sujeto en el período bajomedieval, se da en un marco institucional y estamental muy preciso (universidad, corte regia, corte nobiliaria) y de acuerdo con tradiciones discursivas firmemente asentadas en la cultura manuscrita medieval. Es precisamente ese marco de tradiciones literarias en su punto de agotamiento y ruptura el que permite una reflexión metaliteraria que termina siendo aprovechada como recurso de configuración de una figura de autor con perfiles tan nítidos (me refiero a la conciencia y exhibición de las convenciones literarias que sostienen el mundo ficcional de los textos). Es, por tanto, un cruce de condiciones histórico-sociales y de preocupaciones formales sobre el acto concreto de escribir y de enunciar un discurso de aspiraciones didáctico-ejemplares el que sostiene toda esta operación, mediante la cual un miembro de la alta nobleza castellana con ambiciones literarias logra permear toda su obra con su subjetividad, interviniendo en ella como personaje, como autoridad y, finalmente, como autor.