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El "Libro de Apolonio", poema español de la primera mitad del siglo XIII, claramente refleja actitudes contemporáneas al tiempo y circunstancias de su composición. La historia de Apolonio, rey de Tiro, se inicia textualmente con el motivo del incesto entre un rey y su hija. Este rey Antioco, para evitar el casamiento de su hija, propone una adivinanza cuya resolución permitiría desposar a la muchacha; Apolonio acude a la competencia y resuelve el enigma, pero la verdad es negada por el rey de Antioquía porque supondría el reconocimiento de su pecado. Antioco persigue entonces a Apolonio, intentando matarlo, por lo que el héroe decide huir para salvar su vida. Luego de morar un tiempo en Tarso, y para no comprometer más a los ciudadanos que lo albergan, Apolonio parte con sus hombres hacia la ciudad de Pentápolis. Una tempestad lo sorprende sin embargo en medio del camino y naufraga, muriendo todos sus acompañantes y llegando él a salvo pero en pésimas condiciones a su destino. Lo primero que el poeta describe cuando Apolonio llega a las afueras de Pentápolis, con su traje desgarrado, los zapatos rotos y la pesadumbre por la pérdida de sus súbditos, es la escena de un juego de pelota antes de la hora del almuerzo que se sucede entre las estrofas 144-150. El análisis de este juego de pelota como práctica sociocultural, así como su recuerdo por parte del protagonista en otros lugares del poema, permitirá ahondar en la conformación de un ideal heroico expresado textualmente en la nobleza interior antes que en la apariencia externa. La idea de práctica compartida del juego de pelota como forma de entretenimiento de la nobleza se revelará de ese modo como un signo de pertenencia social a través del cual Apolonio recuperará su verdadero estado y conocerá a su futura esposa Luciana, la hija del rey Architrastes, quien lo ha invitado a comer con él en la corte luego de verlo jugar a la pelota y descubrir por su desempeño que no es un villano.