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La región NEA representa un 17 % del territorio de casi 3 millones de km2 del país; sostiene su economía en la explotación forestal y en dos productos agrícolas típicos: el algodón y el tabaco. Es a través de ellos que esta economía regional se vincula al modelo agroexportador argentino que se estructura en las últimas dos décadas del siglo XIX y que perdura hasta avanzado el siglo XX. Desde los tiempos de la primera posguerra, tabaco y algodón cobran relieve, en tanto producen para un mercado interno expandido junto con la industrialización sustitutiva de importaciones. La industria textil y la manufactura de cigarrillos encuentran en estas materias primas la base de su expansión. En el caso del algodón el cooperativismo juega para el productor un papel significativo a la hora de promover el asociacionismo, vender la materia prima y proveerse de insumos. Las cooperativas canalizan con frecuencia sus intereses. Para el tabaco el cooperativismo no prospera del mismo modo, a pesar de ser un producto agrícola de la misma región y con productores ocupantes precarios de la tierra. El grado de concentración industrial, el origen de la mano de obra, el tipo de procesamiento de la materia prima y la interlocución con el Estado, para uno y otro caso, merecen ser analizados para conocer los aciertos y los fracasos del cooperativismo agrario, entre 1920 y 1960, en economías marginales donde la reinversión de las ganancias es escasa. Fuentes oficiales, privadas y publicaciones periódicas específicas son los documentos básicos empleados.

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