CICTERRA   20351
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA TIERRA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Aplicación de los conceptos de superestructura e infraestructura al complejo metamórfico de las Sierras Pampeanas de Córdoba
Autor/es:
MARTINO, R.D.; GUERESCHI, A.B.
Lugar:
General Roca (Río Negro)
Reunión:
Simposio; XVI Reunión de Tectónica; 2015
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
Las Sierras Pampeanas de Córdoba constituyen el grupo más oriental de la provincia geológica argentina de Sierras Pampeanas, integradas por un sector central (Sierras de Córdoba) y uno norte (Sierra Norte), aflorando mayoritariamente un complejo metamórfico de grado medio a alto en las primeras y un inmenso batolito granitoide con colgajos de bajo y alto grado, en el segundo. Desde el punto de vista estructural, el complejo metamórfico de las Sierras de Córdoba fue estudiado por primera vez por Dalla Salda (1984). Martino y Guereschi (2014 y bibliografía citada allí) describen detalladamente e interpretan la estructura neoproterozoica-paleozoica inferior de este complejo metamórfico integrando las Sierras de Córdoba y Norte. El complejo metamórfico está formado por una serie de dominios litológicos y estructurales separados por zonas de cizalla dúctil y con intercalaciones de rocas máficas y ultramáficas intensamente deformadas. Estos dominios se pueden organizar siguiendo los conceptos de superestructura e infraestructura. Estos son términos históricos que se utilizaron en la primera mitad del siglo XX (Wegmann 1935, Haller 1956) para enfatizar contrastes en el estilo estructural y el grado metamórfico entre los niveles tectónicos superiores e inferiores en las zonas orogénicas. La superestructura representa el nivel superior de bajo grado, caracterizado por estructuras verticales (pliegues rectos), mientras que la infraestructura representaría el nivel inferior, de alto grado y migmático, con estructuras esencialmente subhorizontales (plegamiento recumbente). Generalmente una zona de despegue se encuentra entre ambas. El concepto de niveles estructurales de Mattauer (1976) integra la superestructura y la infraestructura en su definición de Nivel Estructural Inferior. Esta antigua nomenclatura ha sido revitalizada por Beaumont et al. (2001, 2004) y Culshaw et al. (2006). En el orógeno Pampeano, a escala regional, se puede establecer una transición (Aceñolaza y Toselli 1976, Aceñolaza et al. 1983, Willner 1990, Piñán Llamas y Simpson 2006, Martino et al. 2009), de norte a sur, entre la formación Puncoviscana y las rocas de las Sierras Pampeanas Orientales que van desde rocas no metamorfizadas (turbiditas), a equivalentes de grado metamórfico bajo a medio (filitas, metagrauvacas, esquistos micáceos y esquistos bandeados) y alto (gneises y migmatitas). Estructuralmente, se pasaría de una superestructura (dominio Puncoviscano, sensu lato) a una infraestructura (dominio Pampeano, sensu lato). En las Sierras Pampeanas de Córdoba, afloran rocas del dominio Pampeano pertenecientes mayoritariamente a la infraestructura, con restos dispersos de la superestructura. Teniendo en cuenta el estilo estructural y grado metamórfico, se pueden identificar siete grandes unidades litológicas-estructurales. Las rocas pertenecientes a la superestructura se disponen de manera marginal a los cuerpos de sierra y sistemáticamente en su borde occidental [(1) unidades de bajo grado de la Sierra Norte Occidental, (2) filitas de Pocho (Fomación La Mermela), (3) esquistos y gneises Mojigasta, (4) esquistos de Altautina y (5) esquistos bandeados Tuclame]. Con respecto a la infraestructura, en la Sierra Norte tiene una disposición en fajas en la zona oriental [(6) unidades de medio-alto grado de la Sierra Norte Oriental], mientras que en las Sierras de Córdoba tiene una disposición central dominante [(7) gneises y migmatitas (metatexitas-diatexitas) de grado medio-alto]. En las unidades de la superestructura, se reconocen relictos del plano S0, clivaje, esquistosidad, plegamiento similar y kink-bands. En la infraestructura, la principal estructura es una foliación metamórfica estratiforme, de distribución regional, posteriormente retrabajada formando pliegues en vaina, pliegues isoclinales oblicuos y pliegues reclinados. Todas estas estructuras habrían sido producidas por deformación no coaxial, con distinto grado de intensidad, dando como resultado final una fábrica penetrativa B (plegada) + S (planar), reconocible a todas las escalas de observación, generada en los niveles medios de la corteza neoproterozoica-paleozoica inferior.En la Sierra Norte, tanto las rocas de la superestructura como de la infraestructura se encuentran como septos y colgajos dispersos, con contactos intrusivos, dentro de los cuerpos ígneos dominantes. Hasta el momento, no se ha hallado ninguna transición o contacto entre rocas de ambos niveles estructurales. En las Sierras de Córdoba, las relaciones entre la superestructura e infraestructura son más complejas y se producen a través de contactos transicionales o, más comúnmente, tectónicos. Basados en el grado metamórfico, el orden sería: filitas La Mermela, esquistos y gneises Mojigasta, y gneises y migmatitas de grado medio-alto. Entre las dos primeras litologías existe una relación de transición en la Sierra de Pocho, en la cual el clivaje se transforma en una esquistosidad asociada a una blástesis progresiva de biotita y a la aparición de un bandeado metamórfico. Entre los esquistos y gneises Mojigasta y la infraestructura el contacto es tectónico, estando esta última cabalgada a lo largo de la faja de deformación Pachango. Los esquistos y gneises Mojigasta están en contacto tectónico con los esquistos de Altautina, y estos últimos se correlacionan con los esquistos bandeados Tuclame. No se ha hallado hasta ahora ninguna transición entre estos últimos y las otras unidades de la superestructura, pero sí con las de la infraestructura. En el área de El Pilón, al norte del Macizo San Carlos, las metatexitas poseen resisters de los esquistos bandeados Tuclame y, a su vez, ambas litologías están como xenolitos en el cuerpo del granito anatéctico El Pilón. Es decir que se encuentra una transición entre niveles de composición adecuada que se funden parcialmente generando migmatitas y niveles infusibles más cuarzosos que forman los resisters.No se dispone de una geocronología precisa de los eventos metamórficos y de deformación en los esquistos bandeados Tuclame y sus equivalentes de Altautina. Las evidencias geológicas regionales muestran una transición entre esquistos bandeados y rocas filíticas de la formación Puncoviscana en el Noroeste Argentino, equivalente somero de afloramientos más profundos representados por las Sierras Pampeanas. Martino et al. (2009) propusieron la hipótesis de que los esquistos bandeados serían la evolución más antigua de la orogenia Pampeana (etapa Pampeana Temprana) y representarían distintos niveles estructurales de ese orógeno del Neoproterozoico?Paleozoico temprano. Los eventos de migmatización y emplazamiento de granitoides anatécticos serían una etapa Pampeana Tardía del Paleozoico Temprano, si bien se reconocen núcleos migmáticos más antiguos. La evolución de la superestructrura y la infraestructura del complejo metamórfico de las Sierras Pampeanas de Córdoba se correspondería con eventos más vastos ocurridos en la Plataforma Sudamericana durante el Neoproterozoico-Paleozoico inferior. A esa escala, Brito Neves y Fuck (2013) reconocen dos grandes dominios, con historias evolutivas distintivas, el Amazónico y el extra-Amazónico o Brasiliano; las Sierras Pampeanas de Córdoba pertenecerían al primer dominio, marginadas al oeste por el cratón Pampia. El orógeno Pampeano habría evolucionado durante un extenso lapso (~640-510 Ma), que coincidiría con los llamados Eventos Tardíos del Ensamble Brasiliano (~850-480 Ma).