CICTERRA   20351
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA TIERRA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Geometría 3D de los plutones de La Yeya, Sierra del Tigre, Córdoba, a partir de datos gravi-magnetométricos
Autor/es:
SFRAGULLA, J.A.; LINCE KLINGER, FEDERICO; MARTINO, ROBERTO; MARTINEZ, M PATRICIA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
Los plutones de La Yeya se ubican a 20 km al norte de Villa Dolores, en la Sierra del Tigre, en el extremo suroeste de la Sierra de Guasapampa-Pocho-Altautina, cordón más occidental de las Sierras Pampeanas Orientales de Córdoba, emplazados en esquistos bandeados (esquistos de Altautina, Bonalumi et al., 1999; Martino et al. 2009). Se trata de dos cuerpos independientes, denominados Plutón La Yeya Norte (PLYN) y Plutón La Yeya Sur (PLYS). El PLYN tiene forma casi rectangular, superficie de ~10 km2, y en el mismo predomina un leucomonzogranito peraluminoso (ASI=1,1-1,19) con granate; presenta fajas métricas de rocas miloníticas formadas por deformación dúctil en condiciones de alta temperatura. El PLYS tiene forma elíptica con una superficie de ~4,5 km2. Está compuesto por monzogranitos levemente peraluminosos (ASI=1,08-1,03), no deformados, con facies porfírica, gruesa, (con biotita, titanita y fluorita) y de borde. La edad del PLYN (método U/Pb en circón) es de 471+9/-32 Ma (Ordovícico Medio, ciclo Famatiniano). Para el PLYS la edad obtenida es de 375+15/-12 Ma (Devónico Superior, ciclo Achaliano) similar a la facies principal del Batolito de Achala (cf. Sfragulla 2013). A fin de establecer la forma tridimensional de los plutones se realizó un modelado geofísico mediante técnicas gravimétricas y magnetométricas, apoyadas en la topografía local. Se relevaron en campaña 89 estaciones, con énfasis en el sector de Estancia La Yeya. Se complementó esta información areal con 2 perfiles de medición en los entornos oeste y este de los plutones y cuatro transectas dentro de los mismos. Como antecedentes de estudios similares se citan a Toselli et al. 2005, en el Batolito de Capillitas, D?Eramo et al. (2006, 2010) en los plutones de El Hongo y Calmayo, Sierras Chicas de Córdoba y los de Lince-Klinger et al. (2010) en el plutón Navarrete del Macizo Norpatagónico. En el cálculo de la anomalía gravimétrica de Bouguer, se realizó la corrección topográfica con modelos de elevación digital obtenidos del Shuttle Radar Topography Mission del USGS. Con los valores obtenidos se preparó el mapa de anomalía de Bouguer correspondiente a la zona de estudio. Para relacionar las anomalías gravimétricas de plutones emplazados en corteza superior, es necesario descontar del mapa de anomalía de Bouguer completa el efecto gravimétrico producido por las estructuras regionales, para luego obtener la anomalía residual de Bouguer. Los valores obtenidos de intensidad de campo magnético total fueron corregidos por variaciones diurnas, con información del observatorio magnético de Zonda (provincia de San Juan), con registros cada 1 minuto. Luego al mapa de intensidad de campo magnético total corregido se le descontó el campo IGRF (International Geomagnetic Reference Field) para la fecha de adquisición del dato, obteniéndose las anomalías magnéticas correspondientes al área de estudio. La relación entre las anomalías y sus fuentes se cuantifica en buena medida a través de modelos geofísicos. Esta relación no es unívoca por lo que es necesario establecer límites iniciales que restrinjan el número de soluciones posibles. El modelado geofísico se realizó utilizando diferentes técnicas (gravimétrica y magnética) de manera conjunta, disminuyendo la incertidumbre atribuida al modelar con cualquiera de las técnicas de manera independiente. A partir de la integración de la información existente, es posible determinar dos modelos gravi-magnetométricos, a lo largo de los perfiles A-A´ y B-B´. Estos perfiles fueron extraídos de las grillas de anomalía residual de Bouguer y anomalía magnética, atravesando las zonas anómalas de interés. En el modelado geofísico se calcularon las respuestas gravimétrica y magnética directas, construyendo en cada sección polígonos cerrados representativos de cada unidad geológica (PLYN y PLYS). A cada unidad geológica se le asignó un valor de densidad y susceptibilidad magnética constante. Luego la diferencia entre el dato observado y la respuesta calculada fue minimizada variando los vértices de los polígonos en el modelo inicial. En términos generales existe correlación entre el mapa de anomalía gravimétrica residual y la densidad de las distintas unidades aflorantes en el área de estudio. En el mapa residual de Bouguer se presentan dos mínimos gravimétricos: a) en el centro del afloramiento PLYN (-20 mGal) y b) en el borde noroeste del PLYS (-18,5 mGal). Éstos mínimos gravimétricos son consistentes con las densidades obtenidas para muestras de las unidades más representativas del área de estudio (PLYN= 2,6 g/cm3 y PLYS=2,59 g/cm3) con relación a la roca de caja (2,675 g/cm3) y se interpretan como los conductos de alimentación de los plutones. Por otro lado, los resultados obtenidos a partir del procesamiento magnetométrico se ajustan a las anomalías anteriormente descriptas. Ambos mapas presentan dos máximos magnéticos localizados en el centro del PLYN y al noroeste del PLYS con valores de 45 nT y 10 nT. Dichos máximos y en particular el que se muestra sobre el PLYN muestran un mayor comportamiento magnético con relación a la roca de caja. De la comparación entre ambos mapas, magnético y gravimétrico, resultó que sobre los plutones PLYN y PLYS las anomalías coinciden espacialmente, lo que significaría que la dirección de magnetización remanente sería prácticamente vertical. El modelo gravi-magnetométrico a lo largo del perfil A-A´ provee un medio para examinar lo anteriormente expresado. En el mismo se observa que el conducto alimentador del PLYS alcanza una profundidad máxima de 800 metros desde la cota topográfica, en tanto el del PLYN es más profundo (~6000 m, perfil B-B´, no presentado) acorde a un mayor valor anómalo y a un menor contraste de densidad (-0,675 g/cm3) respecto del PLYS. El error de ajuste en los modelos fue del 0,2 y 0,3 mGal lo que representa un 8 a un 12 % de la anomalía de gravedad y de 3 y 3,8 nT lo que implica un 6 % de la anomalía magnética. El PLYN es un cuerpo relativamente espeso (entre 0,5 y 1,5 km) cuyo conducto alimentador alcanza una profundidad estimada de unos 6 km. El PLYS es más delgado (~ 0,5 km) y presenta un conducto de alimentación de una profundidad de 1 km. Las formas de ambos plutones son algo diferentes: el PLYN es tabular pero con un conducto alimentador bien desarrollado, lo que hace a su forma de tipo embudo, mientras que el PLYS es netamente de tipo tabular y ambos son levemente asimétricos. Las formas determinadas coinciden con las recopiladas por Cruden (2008) quien diferencia plutones en forma de embudo, tabulares y de geometría intermedia entre las anteriores. Se enfatiza que trabajando con doble inversión (gravimétrica y magnetométrica) se obtiene un modelo potencial (de densidades y susceptibilidades) consistente y confiable. Este modelo solo podría ser superado aumentando la cantidad de mediciones en superficie.