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En este trabajo de índole teórico-metodológica se discute la habitual asociación estrecha entre arte e ideología, y se sugiere que dicho aspecto no agota el complejo fenómeno de la producción artística, y que el arte es simultáneamente ideológico, político y económico. Se proponen tres niveles de análisis para aproximarse al estudio del arte rupestre (y de otras formas de producciones plásticas): a) la composición plástica de la imagen visual, b) los contenidos ideológicos implícitos y explícitos en la imagen, y c) el proceso de trabajo. Dichos aspectos se conciben conceptualmente como condiciones que definen cualitativamente al arte más allá de las formas y contenidos específicos que pueda manifestar en particular una determinada producción artística en un momento de la historia de una sociedad. Se plantean criterios a partir de los cuales analizar estos aspectos, y sus implicaciones para el análisis del arte. En especial, se enfatiza que el aspecto económico no está solamente constituido por contexto en el cual se crea el arte, sino como elemento fundamental al interior del arte rupestre dado por el trabajo invertido en su producción. Por último, se propone también una serie de variables para el estudio estilístico del arte rupestre especificidad temporal, espacial, sociocultural, morfológica, tecnológica, de contenidos o funcionalidad y de composición, con rangos de variación en cada variable con el objeto de comprender la dinámica de la producción artística, su continuidad y sus variaciones.

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