INVESTIGADORES
RODRIGUEZ Maria Carla
capítulos de libros
Título:
Organizaciones sociales en el barrio de La Boca: cambios y permanencias en contextos de crisis
Autor/es:
HERZER HILDA; RODRIGUEZ CARLA; REDONDO ADRIANA; DI VIRGILIO MERCEDES; OSTUNI FERNANDO
Libro:
Con el zorazón mirando al sur.
Editorial:
Espacio
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 301 - 325
Resumen:
En el marco de la investigación que llevamos a cabo, planteamos el riesgo que conlleva el inicio de un proceso de valorización del suelo urbano  inducido por la iniciación de una serie de obras de infraestructura cuyo fin es el de mitigar las históricas inundaciones del barrio de la Boca producidas por Sudestadas. La construcción de defensas costeras sobre el Riachuelo en el barrio de la Boca, junto a la parquización del área, desarrolladas con base en inversión pública,  constituye una de las etapas de urbanización de la ribera que inicia un ciclo de alza del valor del suelo y de valorización de los inmuebles construidos[1]. El sistema de defensa costera se inaugura en noviembre de 1998 pero su incidencia mayor en el mercado de vivienda se trasluce a partir de 1999, cuando las primeras sudestadas confirman la eficacia del sistema.[2] Entre 1991 y 1996, año en que comienza a ser visible la construcción del sistema de defensa costera, se produce un significativo aumento (50%) en el precio de venta de las viviendas. Este incremento está influenciado por el auge que tuvo el mercado inmobiliario a partir de 1996 con la reaparición de los créditos hipotecarios para la compra de vivienda. Los precios presentan diferencias significativas según el tipo de inmueble y las áreas dentro del barrio. El precio efectivo de transacción del m2 oscila entre u$s 600 y u$s 500, (año 1999) llegando a u$s 650 en el 2000; se construyen también emprendimientos nuevos con departamentos cuyo precio es cercano a los u$s 1000 por m2, principalmente cerca del vecino barrio de Barracas. Los cambios producidos en el mercado de vivienda a partir de 1996 coinciden con un empeoramiento de las condiciones de vida fuertemente afectadas por el marcado incremento en las tasas de desempleo y la aceleración de la recesión económica a partir de 1995.[3] Evolución de la Tasa de Desempleo 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Total GBA 20,2 18,0 17,0 14,0 15,6 16,0 17,2 22,0 16,4 Ciudad de Buenos Aires 14,3 11,9 13,1 9,5 10,5 11,2 13,4 16,3 11,4 Fuente: Elaboración propia en base a datos de EPH-INDEC (1995-2003) Onda Mayo Como un indicador de la crisis social emergente en el barrio, se inicia un proceso de desalojos y aumenta la presencia de comedores comunitarios. En este marco social, también comienza una nueva etapa de organización social. Así se constituye la Asamblea de Desalojados de La Boca, la organización que sobre fines de ese mismo año 1996, reivindica ante el legislativo de la ciudad (el entonces Concejo Deliberante) la declaración del estado de emergencia habitacional, junto con el cual, el Gobierno de la Ciudad asigna una partida presupuestaria  para las familias en situación de desalojo en el barrio[4]. De este modo, comienzan a constituirse nuevas organizaciones sociales barriales, que sumadas a los comedores, abordan la problemática habitacional. Al menos en esta primer etapa, sectores de la Iglesia que actúan a escala barrial, juegan un papel relevante en el desarrollo de este proceso de organización de grupos sociales de bajos ingresos. Inicialmente, en nuestra investigación planteamos a modo de hipótesis que la disminución del riesgo de inundación conlleva un aumento del riesgo de desalojo de los hogares de bajos ingresos, dándose el inicio de un proceso de renovación mediante el cual personas de mayores ingresos comienzan a habitar los inmuebles, iniciando así un proceso de sustitución social de los residentes. El proceso de renovación urbana comienza, de este modo, a concretarse en la Boca. A la construcción de las defensas costeras y la parquización del área ribereña se suma, entre otras, la apertura de locales comerciales reciclados y de  servicios destinados a los sectores con capacidad de consumo y al turismo. Sin embargo, a pocas cuadras de esta frontera invisible, la realidad de los vecinos de la Boca ofrece un agudo contraste marcado por el desempleo, la desnutrición, los bajos ingresos, las serias dificultades para el acceso a la vivienda y el marcado deterioro de las existentes.[5] La agudización de la crisis a partir del año 2001 genera un compás de espera en el proceso de renovación del barrio, circunscribiendo el mismo a la zona de Caminito y los aledaños inmediatos. Este proceso se ve facilitado por las políticas de fomento al turismo de los niveles nacional y local, que propician la formación de un enclave en el barrio. Esta agudización cambia la lógica del proceso: los desalojos se frenan, el suelo y los inmuebles construidos bajan su precio y el riesgo de perder la vivienda muta en la incertidumbre acerca de la posibilidad de alimentación, potenciada por la imposibilidad de acceder al trabajo.[6] [1] Como consecuencia de la disminución de los procesos de inundación. [2] En 1999 se observa un aumento  del 10 % en los precios de las viviendas. [3] La tasa de desempleo en mayo de 1996 afecta al 11,9% de la población activa de la Ciudad de Buenos Aires. En mayo de 2002 por efecto de la crisis trepa al 16,3%. En mayo de 2003 se establece nuevamente en los niveles de 19996 (11,4%).  [4] Este movimiento incidirá en la sanción de la operatoria 525 por parte de la CMV: este programa posibilitó la compra por parte de grupos mancomunados de  familias, de inmuebles tipo conventillo, muy deteriorados. La operatoria presentó una serie de falencias, como el hecho de que no establecía previsiones para su posterior rehabilitación, ni mecanismos claros para evaluar la aptitud de los inmuebles adquiridos, entre otras. [5] Dicho contraste es así percibido: “las obras tienen buen efecto a nivel de cuando vienen los turistas, cuando viene gente de otro barrio, o mismo uno, se puede pasar a dar una vuelta, a distraerse. Pero tienen que no solamente poner hincapié en la parte que viene el turismo, poner hincapié en la parte donde vive la gente” (Comedor C). [6] El 20% de las familias más pobres de la ciudad de Buenos Aires, durante el período 1997-2001, expresan una pérdida muy acentuada de su capacidad de prestar dinero , pasando del 28 al 18% entre las familias ubicadas en el primer quintil de ingresos y, sobre todo, una mayor dependencia de las políticas alimentarias estatales (pasan del 7% al 19% quienes declaran recibir estos apoyos). (Mendoza; Fazanes: 2003).