INVESTIGADORES
MONDINI Nora Mariana
congresos y reuniones científicas
Título:
Tafonomía de carnívoros en los Andes de Mendoza, Argentina. Análisis de un sitio de matanza de puma.
Autor/es:
SEBASTIÁN MUÑOZ; MARIANA MONDINI; DURÁN, V.; GASCO, A.
Lugar:
Barcelona (España)
Reunión:
Congreso; 2nd International Meeting TAPHOS'05 - 4ª Reunión de Tafonomía y Fosilización.; 2005
Resumen:
    Este panel presenta información tafonómica sobre un guanaco (Lama guanicoe) recientemente muerto y consumido por uno o más pumas (Puma concolor) en la Reserva Laguna del Diamante (34º10´LS, 69º 41´LW), Provincia de Mendoza, Argentina. El objetivo es ampliar el conocimiento disponible sobre la variabilidad de la acción tafonómica de este félido, presente en casi toda América, y que en tiempos históricos alcanzaba la más extensa distribución de todos los mamíferos terrestres americanos.     Este panel presenta información tafonómica sobre un guanaco (Lama guanicoe) recientemente muerto y consumido por uno o más pumas (Puma concolor) en la Reserva Laguna del Diamante (34º10´LS, 69º 41´LW), Provincia de Mendoza, Argentina. El objetivo es ampliar el conocimiento disponible sobre la variabilidad de la acción tafonómica de este félido, presente en casi toda América, y que en tiempos históricos alcanzaba la más extensa distribución de todos los mamíferos terrestres americanos. La Laguna del Diamante es una laguna altoandina situada sobre la cresta de la Cordillera Principal en los Andes Centrales, a casi 3300 msnm, a los pies del Volcán Maipo (5323 msnm). El área tiene una precipitación media anual de 500 mm, incluyendo precipitaciones sólidas. La laguna se alimenta de aguas de deshielo y constituye las nacientes del río Diamante, sobre cuya margen se encontró el sitio de matanza que aquí presentamos. La Reserva protege amplias áreas de veraneo de grandes manadas de guanacos, que migran a regiones más bajas durante el invierno, cuando el área sufre procesos de congelamiento estacional. Entre los depredadores se destacan las águilas moras (Geranoaetus malanoleucus) y los zorros colorados sudamericanos (Pseudalopex culpaeus), además de los pumas. En los Andes Centro-Sur, y a excepción de los humanos, el puma es el depredador más grande desde las extinciones Pleistocénicas (Berta 1988). A diferencia de los zorros, puede depredar sobre guanacos adultos (Wilson 1984), y los conjuntos residuales que quedan luego de sus matanzas suelen servir de fuente de carroñeo a aquellos. El puma suele consumir poco de cada presa que obtiene (ver por ej., Borrero y Martín 1996), por lo que el acceso tardío a animales atacados por este félido por parte de carroñeros no presentaría diferencias sustanciales con un acceso temprano. Tiene sin embargo un considerable poder masticatorio, y las modificaciones que produce en los huesos pueden considerarse bastante diagnósticas (Borrero y Martín 1996). El caso que presentamos consiste en una carcasa de guanaco dispersa a lo largo de más de 30 metros sobre la margen izquierda del río Diamante, a escasos km de sus nacientes y a unos 3250 msnm. Se trata de distintos huesos de la cabeza, cuello, columna, costillar, cintura pélvica y extremidades, así como algunos fragmentos óseos indeterminados. Están depositados en un sector de vega y afloramientos rocosos, con una leve pendiente hacia el río. Además de los huesos de guanaco, ya casi sin tejidos blandos pero bien conservados, se registraron excrementos de puma en el área. Las modificaciones óseas registradas son muy intensas. Esto se nota especialmente en las vértebras cervicales y el cráneo, el cual ha sido consumido en una gran proporción con el fin de penetrar hasta la masa encefálica. Otros daños comunes son las perforaciones (punctures) y ahuecado (furrowing), todos bastante intensivos. La mayor parte de estos daños son atribuibles al puma, aunque no se descarta que algunas marcas más sutiles puedan corresponder a zorros que hayan carroñeado la carcasa una vez abandonada, los cuales tienen un poder masticatorio mucho menor. Los daños registrados evidencian que el consumo de la carcasa por el puma ha sido más intensivo de lo esperable en condiciones promedio. Aunque el puma suele consumir poco de cada presa que obtiene, y se concentra en la sangre y tejidos blandos principalmente, en esta carcasa es posible observar el resultado de un consumo muy intensivo que dejó sustanciales improntas en los huesos mismos. Otras observaciones en el área son concordantes con esto. Las evidencias sugieren que el consumo de guanacos en casos como el que presentamos aquí se habría dado bajo condiciones de estrés. Los próximos pasos de la investigación estarán destinados a indagar sobre la naturaleza de este estrés, partiendo de hipótesis como el congelamiento estacional de la zona y la amplitud del rango de acción tanto de carnívoros como de ungulados en este árido ambiente de altura. Por otra parte, las implicaciones de estos resultados preliminares para la arqueología de la región son importantes, entre otras cosas porque el puma es el único depredador que pudo representar alguna competencia con los humanos por este único ungulado que hoy habita el área y que ha sido tan importante para los cazadores-recolectores sudamericanos: el guanaco.