Del arquetipo al estereotipo. Modelos generizados para normalizar sociedades modernas

GUSTAVO VALLEJO; MARISA MIRANDA

Historia y sociedad

Universidad Nacional de Colombia

Lugar: Medellín; Año: 2021 vol. 41 p. 8 - 14

0121-8417

Presentación del Dossier sobre "Masculinidades y feminidades. Estereotipos, estigmas e identidades colectivas (Latinoamérica en el siglo XX)", en revista Historia y Sociedad número 41, 2021.El torbellino de la modernidad generó un ciclo de permanentes transformaciones que impactaron en la organización política de los nuevos Estado-nación, en la expansión capitalista ultramarina, en las metrópolis que fueron el escenario privilegiado de esos cambios, y en la vida cotidiana de distintos sectores sociales. En un contexto que también era de una profunda incertidumbre ante el vértigo del movimiento incesante, emergió la necesidad de hallar puntos de fijación, a través de medios que incluyeron la reinvocación del estadio ejemplar que iluminaba el arquetipo, término que los griegos asociaron a la noción platónica de idea originaria. Un paso más adelante fue dado cuando aquello que era un modelo idealizado tendió a convertirse en un presupuesto socialmente aceptado y por ello más proclive a plasmarse en hechos concretos. La idea individualizada del arquetipo a seguir pasaba a ser el estereotipo, entendido como un patrón plasmado en la caracterización de precisos colectivos sociales. El estereotipo, nacido en el siglo XVIII en la imprenta, con el molde que sustituía al tipo original para reproducirse de manera sólida e inmutable en forma indefinida, no tardó en ser objeto de una reapropiación social, a través del nuevo uso que tenía ese término para pasar a exaltar la impresión de rasgos inmodificables devenidos del vínculo entre un registro, una imagen, y las cualidades morales que se asocian a ellos. Si en estos desplazamientos subyacía una voluntad de fijar algo inmutable en una sociedad de permanentes cambios, ello no entrañaba una disvaloración per se, el estereotipo podía ser positivo o negativo, de manera que destacar esta última condición requirió adicionar las representaciones generadas sobre el estigma, para convertir lo que inicialmente eran las marcas que llevaban en el cuerpo los esclavos, en un atributo deplorable para cualquier otro colectivo considerado indeseable.