INVESTIGADORES
CISTERNA Clara Eugenia
libros
Título:
Nivel de exposición de yacimientos minerales: YMAD, caso de estudio.
Autor/es:
GUTIÉRREZ, A. A.; MON, R.; CISTERNA, C. E.
Editorial:
Editorial Académica Española
Referencias:
Año: 2017 p. 53
ISSN:
978-620-2-25525-7
Resumen:
Los yacimientos del distrito YMAD (Yacimientos Mineros Agua de Dionisio) quedaron al descubierto por el desplome y erosión del Complejo Volcánico Farallón Negro. El nivel de emplazamiento y procesos morfotectónicos posteriores fueron, entre otros, los factores que determinaron el nivel de exposición de cada yacimiento. De acuerdo con el nivel de exposición, en las rocas de superficie están presentes elementos químicos representativos de la zonación vertical u horizontal del sistema hidrotermal. En este trabajo se determinó el nivel de exposición de algunos yacimientos del distrito YMAD mediante el tratamiento geoestadístico de elementos químicos obtenidos de muestras de rocas de superficie. Esta metodología permitió conocer que: 1) En el yacimiento epitermal Alto de la Blenda están presentes elementos químicos característicos de las zonas de sulfosales y de sulfuros del sistema epitermal. 2) En el yacimiento epitermal Farallón Negro los elementos químicos asociados se corresponden con la zona intermedia (sulfuros-sulfosales) del sistema. 3) En los yacimientos tipo pórfidos de cobre La Alumbrera y Las Pampitas los grupos de elementos químicos determinados son representativos de la zona propilítica y de la zona sericítica-potásica de un sistema tipo pórfido de cobre. 4) En el yacimiento El Durazno los grupos de elementos químicos representan la zona de alteración sericítica-potásica y otros la zona propilítica de un sistema tipo pórfido de cobre. 5) En la zona de Agua Tapada hay prospectos epitermales y tipo pórfido de cobre. Allí, los grupos de elementos químicos determinados son representativos de la zona de sulfuros-sulfosales del sistema epitermal y no se logra diferenciar entre un sistema epitermal y otro tipo pórfido de cobre. La migración hacia el este del arco magmático Mioceno en la cadena Andina dio origen a centros volcánicos que formaron importantes yacimientos minerales en las Sierras Pampeanas de Argentina, intruyendo el basamento ígneo-metamórfico en la zona de subducción de bajo ángulo (27° - 33° S) (Fig. 1). En la franja de 26° - 28° S el fracturamiento NO ha tenido importancia como conducto de mineralización hidrotermal desde el Eoceno superior-Oligoceno medio (Hanus et al. 1999), dando origen a los pórfidos cupríferos chilenos El Salvador y Potrerillos. Más tarde, en el Mioceno inferior, se formaron los yacimientos de la franja Maricunga (Sillitoe 1995) y finalmente en el Mioceno medio-Plioceno, los yacimientos del Complejo Volcánico Farallón Negro. Similar control estructural parece regir en el complejo volcánico de las sierras Pampeanas de San Luís (Neógeno), donde se emplaza el yacimiento epitermal rico en sulfuros de metales base La Reyela (Oggier et al. 2000). En el Complejo Volcánico Farallón Negro el fracturamiento regional de rumbo preferencial NO jugó un rol muy importante en el transporte de la mineralización hidrotermal y la subsiguiente formación de yacimientos minerales (Gutiérrez 2012). El emplazamiento del Complejo Volcánico Farallón Negro ocurrió a fines del Terciario dando origen a yacimientos tipos pórfidos de cobre y epitermal, ubicados entre los 180 y 150 km de profundidad del plano Wadatti-Benioff (Fig. 1). Hacia el este del distrito YMAD se formaron los yacimientos minerales Agua Rica (Cu-Mo-Au) y Capillitas (Cu, Pb, Zn con As, Sb, Au y Ag ) y las manifestaciones minerales cerro Atajo (Cu-Au), Filo Colorado (Mo-Cu), cerro Bayo (Cu-Au-Mo), El Pago (Cu-Au), El Alisal (Cu-Au), entre otros; que se alojaron en las rocas de la sierra de Aconquija y extremo sur de las Cumbres Calchaquíes (Fig. 1). Las manifestaciones volcánicas terciarias más orientales son las del volcán Pocho, en las sierras de Córdoba, a unos 700 km de la fosa oceánica y, en el sistema de Santa Bárbara, las rocas volcánicas del cerro Negro, a unos 650 km (Fig. 1) (Martínez y Chipulina 1996, Gutiérrez 2009, Viramonte et al. 1994, Viramonte et al. 2008, Gioncada et al. 2010). La configuración morfotectónica preexistente contribuyó significativamente en el emplazamiento de cuerpos ígneos subvolcánicos y en la concentración mineral, impulsados por la convergencia de placas durante la tectónica Andina. La evolución tectónica Neógena y Cuaternaria de los valles intermontanos no fueron independientes de la cuenca del rift Cretácico, por el contrario, evolucionaron por reactivación de una geometría previa que permitió el desarrollo de fallas inversas en un esquema tectónico extensivo - compresivo, que a su vez generó estructuras gravitacionales (Gutiérrez y Mon 2017). El volcanismo Mioceno se instaló sobre esas áreas deprimidas, de litósfera adelgazada, generando asociaciones geoquímicas enriquecidas en Na y K, diferentes de las típicas asociaciones de arco volcánico en zona de subducción de placa oceánica con placa continental (Gutiérrez y Mon 2017).