Distribuciones arqueológicas en la Patagonia Norte: una perspectiva biogeográfica

SCHEINSOHN V. & C. SZUMIK

Selección de ponencias de las VI Jornadas de Arqueología de la Patagonia

Instituto de la Patagonia-Universidad de Magallanes, Fundación CEQUA

Lugar: Punta Arenas; Año: 2006;

Una de las preguntas que ha estado presente en la literatura arqueológica patagónica de los últimos años gira en torno de la relación entre los sitios del bosque y de la estepa. Si bien se han registrado ocupaciones antiguas en zonas boscosas de la Patagonia Norte de Argentina (Traful I ver Crivelli Montero et al. 1993) recién a partir del Holoceno Tardío se obtiene una clara señal arqueológica de la ocupación del bosque situado al Este de los Andes. También es en estos momentos que comienzan a surgir evidencias de que en la estepa se estarían usando recursos de ese bosque. Por ejemplo en la localidad de Piedra Parada, en el Valle del Río Chubut, se hallaron artefactos confeccionados en caña colihue (Chusquea culeou ver Nacuzzi y Pérez de Micou 1983-1985; Pérez de Micou 2002) recurso solo procurable en el bosque cordillerano. Precisamente fueron estas evidencias las que llevaron a iniciar las investigaciones en la zona boscosa vecina a Piedra Parada, denominada Comarca Andina del Paralelo 42º (NO de la Pcia. argentina del Chubut y SO de la de Río Negro, ver Bellelli et al. 2000) y en cuyo marco se inserta este trabajo. Ahora bien, resta dilucidar de qué carácter era la relación entre las poblaciones humanas presentes en estos dos biomas. ¿Se trata de poblaciones distintas, una instalada en el bosque y otra en la estepa, como sugieren Albornoz y Cúneo (2000) y Hajduk et al. (2004) o simplemente se está registrando un incremento en la frecuencia de entradas al bosque de grupos que tenían su base en la estepa como sugiere Belardi (2005)?. En virtud de estas dos hipótesis el objetivo de este trabajo es determinar si la señal arqueológica del bosque para el Holoceno Tardío se puede recuperar como una unidad separada de la estepa. En otras palabras, lo que estamos intentando determinar es si existe un patrón de distribución de artefactos propio de la estepa y otro del bosque. En Scheinsohn y Szumik (2005), consideraremos con este fin, un sector de Nordpatagonia que abarca la zona de cordillera y de estepa, situada entre los paralelos 40 y 43. Además, como este tipo de evaluaciones se han hecho de forma intuitiva y aproximada, sin que los criterios del investigador se hicieran explìcitos, en aquel trabajo planteamos poder abordar una metodología formal para detectar estos patrones utilizando herramientas generadas en otras disciplinas que puedan servir a este fin. Así, en aquella ocasión utilizamos un marco filogenético, (análisis cladístico) y un marco biogeográfico (análisis de áreas de endemismo). Estos dos tipos de análisis, al partir de supuestos distintos, permitieron encontrar patrones de distinta índole y fueron útiles en su identificación. En esta ocasión discutiremos y ampliaremos los resultados obtenidos en aquella oportunidad en función de los problemas que hemos detectado en el transcurso del trabajo.