Filosofía y Paideia en el pensamiento de Maria Adelaide Raschini

CARLOS DANIEL LASA

MAR DEL PLATA

Simposio; Simposio Internacional. Filosofía y Paideia.; 2006

Dipartimento di Studi sulla Storia del pensiero europeo “M. F. Sciacca”-Università di Genova – Facultad de Humanidades de la Universidad FASTA

El trabajo pone de relieve que sólo la teoría, la filosofía, es capaz de generar una formación completa del hombre. Todos los procesos espirituales que acontecen in interiore homine y germinan a partir de un semen metafísico que se nombra ser. La pregunta por el ser resume la historia del pensamiento humano y, a la vez, es conciencia de la infinitud de la pregunta y del perenne e incompleto carácter de la respuesta. Esta dialéctica propia del pensar humano es posible porque el intelecto puede asumir cualquier entidad, tanto de orden físico como espiritual. Así, dicho objeto deviene presencia objetiva. Esta capacidad de objetivación que tiene el intelecto se denomina logos. En consecuencia, el método y el objeto de la filosofía serán uno, puesto que el objeto es la forma universal del discurso gracias al cual éste resulta comunicable y el método es esa misma forma universal sin la cual no hay camino posible para hacer efectiva la comunicación. En consecuencia, una paideia –esto es, formación integral del hombre–, se radica en la capacidad reveladora de la inteligencia humana. Ella es intus-legere, puesto que es capaz de desentrañar la razón más profunda de las cosas. La declinación de la inteligencia corre paralela a la declinación de la comunicación ya que sin el logos todo queda mudo, incluido el mismísimo ser del hombre. Recuperar la síntesis originaria, la dialéctica entre ser y pensar, es la condición de posibilidad para que una civilización sea dadora de cultura, de forma humana, por cuanto sólo el espíritu sintético es capaz de ofrecer un acrecentamiento pluridimensional al hombre (político, social, moral, religioso). Sólo la cultura en cuando dadora de forma puede hacer posible el desarrollo del juicio crítico del hombre y, con ello, garantizar una libertad auténtica por medio de la comunicación.