INVESTIGADORES
LASA Carlos Daniel
artículos
Título:
Una reflexión en torno a la hermenéutica agustiniana
Autor/es:
CARLOS DANIEL LASA
Revista:
AVGVSTINVS
Editorial:
AVGVSTINVS
Referencias:
Lugar: MADRID; Año: 2005 vol. L p. 407 - 434
ISSN:
0004-802X
Resumen:
El presente artículo se propone desentrañar las características propias de la hermeneútica agustiniana a la vez que subrayar su supuesto metafísico?teológico. Para Agustín la interpretación es hija del Sentido, el cual es aprehendido bajo la forma universal (logos). El dinamismo interpretativo, entonces, se enanca en el ser, que es uno y diverso (v.g., Dios uno y trino), moviéndose siempre desde la unidad en busca de la diversidad. La lógica interpretativa, entonces, manifiesta el límite de toda interpretación la cual no puede dar cuenta acabada ni del Sentido ni tampoco de la individualidad por cuanto ambos permanecen inaccesibles en su mismidad. El diálogo, así, es la peculiaridad de lo humano. Toda interpretación necesita de la mediación del signo que exige, por parte del intérprete, un conocimiento lo más exhaustivo posible del mismo. Por lo expuesto, se entiende por qué la historia es siempre historia interior, la cual, en su mismidad, siempre permanece inaccesible a toda mirada humana. La historia exterior, en tanto manifestación de la interior, se entreteje de una serie de acontecimientos cuyo sentido total también permanecerá inaccesible. Ahora bien, respecto de ese sentido, si bien en su mismidad permanece siempre inaccesible, el cristiano está en condiciones, respecto de los otros hombres, de realizar una hermenéutica más profunda de sí por cuanto, iluminado por la luz de la fe, se halla en condiciones de superar ampliamente aquella segunda navegación a la que puede llegar todo hombre haciendo uso de su sola razón. La fe no sólo le permite al hombre conocer a Dios como es en sí mismo sino que le posibilita, además, conocerse plenamente a sí mismo, calando en lo más profundo de su propio ser. Para la concepción agustiniana, el alma sólo puede llegar al pleno conocimiento de sí cuando la capacidad que posee, precisamente por ser imagen de Dios, ha sido actuada, y para ello el conocimiento de Dios por la fe resulta fundamental. Finalmente, el artículo pone de relieve cómo en el método propio de un metafísico como Agustín, la vía regia para la búsqueda de la verdad es el diálogo; en este sentido, Agustín jamás se sintió tentado en sostener que una determinada conclusión a la que llegaba su intelecto era definitiva. Tenía perfecta conciencia que su hermenéutica era hija de sus argumentaciones, de su capacidad de refutar las objeciones que se le podían presentar, y que como éstas eran inagotables ?tanto como lo son las posibles negaciones?, su tarea era ardua y fatigosa. La metafísica agustiniana no alberga ninguna violencia sino sólo una serena, continua e incansable disponibilidad a la discusión. En este sentido, la dinámica del diálogo es, en Agustín, lo peculiar del espíritu humano.