Análisis de discontinuidades en el Rionegrense de la Península Valdés.

SCASSO, ROBERTO; CUITIÑO, JOSÉ; DOZO, MARÍA TERESA; VRBA, ANA

Puerto Madryn

Congreso; XIV Reunión Argentina de Sedimentología; 2014

Museo Paleontológico Egidio Feruglio y CENPAT

El análisis de facies y de discontinuidades en las capas del Rionegrense de la Península Valdés permitió determinar importantes episodios erosivos, probablemente vinculados a caídas en el nivel del mar, que tuvieron lugar hacia fines del Mioceno. El Rionegrense (Feruglio, 1949), es una unidad cronoestratigráfica compuesta por areniscas, fangolitas y coquinas ubicada en la parte más alta de la columna estratigráfica miocena de la región noreste del Chubut, alcanzando, según este autor, un espesor de 22 m en la Bajada a Puerto Pirámides. Sus depósitos sobreyacen en aparente transición a las capas netamente marinas del Entrerriense y ambas unidades fueron agrupadas en la Formación Puerto Madryn (Haller, 1979; Haller et al., 2001). Las facies del Rionegrense son típicas de ambientes costeros dominados por mareas y se consideran la componente regresiva del ciclo marino que se inicia con el Entrerriense (Scasso y del Río, 1987; del Río et al., 2001; Scasso et al., 2012). Los trabajos más recientes asignan a la Formación Puerto Madryn al Mioceno tardío, y el Rionegrense se habría comenzado a acumular hace alrededor de 9 Ma y hasta unos 7 Ma atrás (Zinsmeister et al., 1981; Scasso et al., 2001; Martínez y del Río, 2002; del Río, 2004; Palazzesi y Barreda, 2004; Dozo et al., 2010). Observaciones detalladas en los acantilados de la costa sur de la Península Valdés, principalmente en las localidades de Punta Alt y La Pastosa, que se suman a otras en localidades estudiadas anteriormente en la región de la Penísula Valdés y zonas costeras aledañas, revelan la presencia de extensas superficies de erosión internas en el Rionegrense, que también pueden suprimir parte importante de las unidades subyacentes. En su mayoría estos planos presentan muy bajo relieve, por lo cual se confunden fácilmente con los planos de estratificación de la secuencia normal. En la localidad de La Pastosa se ha observado que estas discontinuidades muestran diferente naturaleza, distinguiéndose discontinuidades de extensión acotada y poco nivel de erosión, intercaladas o superpuestas con discontinuidades con contactos fuertemente erosivos y geometría de canales/valles incisos cuyo tamaño varía entre decenas de metros y kilómetros de ancho. Frecuentemente las superficies de discontinuidad están cubiertas por facies gruesas representadas por depósitos bioclásticos de espesores variables y alto grado de fragmentación del material esqueletal, conglomerados intraformacionales cuyos clastos son de composición fangosa y areniscas con estratificación entrecruzada, aunque también se observan fangolitas por sobre las mismas. Se interpreta que estas discontinuidades se formaron en la base de canales y valles de relleno complejo, compuesto por la interestratificación de depósitos marinos y estuáricos dominados por mareas con escasa participación fluvial. Se destaca el alto contenido de material piroclástico fangoso que aparece como facies heterolíticas horizontales e inclinadas (IHS). Asimismo la erosión de las capas marinas fosilíferas subyacentes ha generado el retrabajo de los fósiles que aparecen concentrados en los canales, de edad relativamente menor, a veces junto con restos de vertebrados de ambientes transicionales o netamente continentales. Se vincula a las discontinuidades fuertemente erosivas con la caída del nivel global del mar hacia fines del Mioceno, aunque la literatura general (e.g. Miller 2005) indica que esta tendencia fue interrumpida por ciclos transgresivo-regresivos de orden menor. Por otro lado, la abundancia de discontinuidades de menor jerarquía que limitan cuerpos lenticulares fango-arenosos se interpreta como el resultado de procesos autocíclicos en un sistema sedimentario compuesto por canales de mareas influenciados por sedimentación esporádica de origen volcaniclástico.