LA NOCIÓN DE EXPERIENCIA BAJO EL PRISMA DE LA METAFILOSOFÍA Y DE LA METAHISTORIA

FRANCISCO NAISHTAT

Bariloche

Simposio; IX Coloquio Internacional Bariloche de Filosofía; 2008

Fundación Bariloche y Universidad Nacional del Comahue

RESUMEN Si la noción de experiencia ha sido constitutiva de la modernidad filosófica desde Bacon a Kant, es notable sin embargo la heterogeneidad semántica que existe entre los registros metafilosófico y metahistórico del discurso de la experiencia.  En el primero, la experiencia remite, mayormente, a la conformación de la objetividad en los planos gnoseológico y epistemológico a través de la moderna dupla sujeto-objeto, revestida de la carga impersonal de autoridad epistémica, verdadero tribunal inapelable, junto a la lógica, en la moderna filosofía de la ciencia. En la metahistoria, sin embargo, la noción de experiencia acusa una cierta fragilidad; su red semántica no está exenta de lagunas que pivotan en torno a las grietas de la historización del tiempo intersubjetivo,  donde la conformación hermenéutica de las  dimensiones del pasado el presente y el futuro, las lagunas de sentido,  la fragilidad de las tradiciones, la crisis de las expectativas,  y otras nociones afines, que están mayormente ausentes de la metafilosofía de la experiencia, son sin embargo críticas desde el prisma metahistórico. Desde este punto de vista, la noción benjaminiana, retomada últimamente por Agamben,  de “caída de la experiencia” (o “experiencia en baja”), que nos parece central de cara al análisis de la condición histórica contemporánea y su subsecuente efecto en la fractura de la narración y de la transmisión históricas, es una noción sin correlato aparente en el discurso metafilosófico, a pesar de su lugar central para una filosofía del presente.