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La metáfora giro (Turn, Tournant, Wende) es una característica terminológica propia del lenguaje metafilosófico del siglo pasado, predominantemente de su segunda mitad, cuya referencia privilegiada son los re-direccionamientos y transformaciones del filosofar, desde el s. XX a la actualidad. No es una cuestión anodina, puramente estilística y carente de valor filosófico, que nuestra época haya marcado y consagrado con la palabra giro las reorientaciones más significativas de la filosofía contemporánea: a) en primer término, un giro no es el efecto de una revolución en un solo momento hecha, ni mucho menos por obra de un solo individuo, como entendía Kant las revoluciones metateóricas acaecidas en la geometría, la física y, con Kant mismo, en la propia metafísica, sino que trasciende a un solo autor e incluso a una sola doctrina o escuela, para conformar una dinámica de cambio que es pluripersonal y que puede ser transversal a diferentes corrientes filosóficas; b) en segundo lugar, el vocablo giro aparece desprovisto de la carga teleológica que marca la palabra revolución en su uso kantiano. Ahora bien, cuando se habla de giro pragmático de la filosofía conviene tener presente que se trata de un giro dentro de un giro. Pero este "giro en el giro" no es una vuelta en U (U-turn) hacia la posición de antes del giro lingüístico, a pesar de que conforma una crítica aguda a todas las posiciones epistemológicas del giro lingüístico.

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