INVESTIGADORES
NAISHTAT Francisco
artículos
Título:
Filosofías de la universidad. Del conflicto de las facultades a los conflictos de racionalidades
Autor/es:
FRANCISCO NAISHTAT
Revista:
IICE (BUENOS AIRES)
Editorial:
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS, UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008 vol. 1 p. 57 - 77
ISSN:
0327-7763
Resumen:
En este artículo intentamos describir un cierto arco hermenéutico de la universidad moderna en torno a dos polaridades, a saber: a) En un extremo, el conflicto de las facul­tades, una expresión que tomamos de Kant (Der Streit der Fakultäten, 1798) y que es paradigmática del nacimiento de la universidad moderna, como subversión del orden universitario medieval, a través de la figura del conflicto, constitutivo e inmanente a la moderna universidad, entre, por una parte, “la facultad inferior”, es decir, una facultad de filosofía (con sus departamentos de disciplinas sistemá­ticas –filosofía, matemática, ciencias naturales– y de disci­plinas históricas –lingüística, historia, antropología–), la cual, en su condición ilustrada aunque desprovista de toda autoridad y poder externos, y por ello mismo “Facultad inferior” (Kant, 1798:64 y ss.), pugna por ejercer su juicio crítico de verdad, no sólo dentro del dominio específico de la ciencia pura sino, además, en las esferas reservadas a las otras facultades profesionales, abriendo conflictiva­mente una incumbencia crítica y desafiante en los demás campos de conocimiento, y subvirtiendo, como facultad racional, autónoma y emancipada de la tutela religiosa, el orden tradicional del conocimiento. La Facultad inferior se opone, por ende, a las facultades profesionales, llamadas “superiores” (Kant, 1798:67 y ss.) según la vieja tradición medieval pero que, en su condición heterónoma, bajo la tutela de la reglamentación externa del Estado o del orden eclesiástico (teología, derecho y medicina), albergan una dotación de autoridad y potencia externas que contrasta con la privación de poder de la facultad “inferior” y, por ello mismo, resisten, dentro de su propia esfera de auto­ridad, el juego crítico y desafiante de una razón ilustrada, que procede de la facultad de filosofía. Este conflicto de las facultades –y aquí yace el nervio moderno de la mirada de Kant–, no es un episodio transitorio y destinado a ser superado, sino que “dicha querella no puede cesar jamás y la facultad de Filosofía es quien debe estar siempre en guardia a este respecto” (Kant, 1798:84).