INVESTIGADORES
ROSAL Miguel Angel
congresos y reuniones científicas
Título:
Los afrodescendientes de Buenos Aires en la Historia Argentina. Alteridad cultural: ¿resistencia y/o adaptación?
Autor/es:
MIGUEL ÁNGEL ROSAL
Lugar:
Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil
Reunión:
Simposio; IV Simpósio Internacional de Estudos sobre América Colonial; 2008
Institución organizadora:
Universidade Federal de Minas Gerais, UFMG
Resumen:
A través de nuestros estudios queremos destacar el lugar alcanzado por algunos integrantes de la raza africana en la sociedad rioplatense. Estos seres humanos, muy pocas veces tratados como tal, y mucho menos en el caso de los esclavos -los cuales eran desde el punto de vista jurídico “una cosa con supervivencias crecientes del concepto de persona” según la definición del historiador uruguayo Eugenio Petit Muñoz- eran especiales, no por lo conveniente de su situación, sino por todo lo contrario: al color de la piel se unía la pobreza, ésta derivada de aquél. Mala combinación sin duda; combinación que sofocó las aspiraciones sociales del grueso de la negrada que desembarcó -compulsivamente, claro está- en las orillas del Plata. Sin embargo, hubo algunos integrantes de la raza africana que decidieron luchar -aunque calladamente- por la integración, la cual no fue totalmente lograda ya que después de todo el color de la piel es imborrable.  A estos últimos estuvo dedicado buena parte de nuestra investigación; ellos, para llegar a ser considerados como seres humanos, debían “parecerse” al blanco, actuar como él. Era importante aprender un oficio y -luego de mucho esfuerzo- acceder, quizás, a la categoría de maestro. Años de trabajo, de privaciones, pero también de ahorro, significaban el logro de la ansiada libertad. Observamos que una cantidad nada despreciable tenía acceso a una vivienda propia o, en su defecto, a un terreno en donde con sus propias manos levantarían la que sería su casa, en principio quizá modesta, pero que con el correr de los años iba a ser beneficiada con ampliaciones y mejoras. Hemos visto también que los precios de dichos inmuebles en algunos casos alcanzaban cifras considerables, más aún si pensamos que en el pago o cobro de las mismas estaban involucradas personas que habían permanecido en esclavitud gran parte de sus vidas o que, incluso, continuaban esclavizadas al momento de efectuarse la operación. No es de extrañar, sin embargo, que la gran mayoría de los morenos y pardos, en consonancia con sus modestas entradas, habitaran barrios alejados del centro de la ciudad, tal cual se desprende de los datos que manejamos. Sabemos que los contratos de compraventa eran celebrados más frecuentemente con un blanco que con otro afroporteño, y que por lo general el blanco ocupaba un lugar destacado dentro de la sociedad de la época. En otros casos, son poseedores de un buen número de esclavos -que no eran una “mercancía” barata- e incluso lucharon ante la justicia por conservarlos pues éstos, en última instancia, eran un bien económico. En síntesis, a través de la revisión y análisis de compraventas de inmuebles y de esclavos, asentados en los protocolos notariales porteños -una de la principales fuentes en que se basó la investigación-, hemos comprobado que en el Buenos Aires tardocolonial, si bien existente, la marginación cromática parecería haberse atenuado en la relación comercial entre blancos y negros. Otra de las fuentes utilizadas -los testamentos de afrodescendientes-, además de ilustrarnos sobre el tema del negro propietario, nos revela un marcado sentido religioso que se manifiesta desde la invocación inicial hasta el exordio espiritual, es decir la protesta de fe católica, la búsqueda de intercesores y el encomendamiento del alma, pasando por el reparto de los bienes materiales a través de la limosna, dimanada de la caridad, vía para expiar los pecados. Se trata, en fin, de una manifiesta aceptación de la religión del dominador, reflejada en la activa participación que tuvieron en sus ritos y congregaciones.