INVESTIGADORES
MAIDANA Nora Irene
congresos y reuniones científicas
Título:
El uso de las diatomeas en la Medicina Forense en Argentina
Autor/es:
MAIDANA, N. I.
Lugar:
GRAMADO
Reunión:
Simposio; "A importancia das algas na biotecnologia, paleoecologia, qualidade da água e medicina forense”. En el 57º Congresso Nacional de Botânica.; 2006
Institución organizadora:
SOCIEDAD BRASILERA DE BOTANICA
Resumen:
El diagnóstico de muerte por ahogamiento se basa esencialmente en datos etiológicos, anatómicos y biológicos relacionados con las modificaciones que resultan del ingreso de líquidos en el torrente circulatorio (Tabbara & Dérobert, 1962). Las comprobaciones habituales, aún en un cadáver reciente, tienen poco valor demostrativo y muchas veces la cantidad de líquido en los pulmones es escasa. En cadáveres con un grado de descomposición avanzada estos signos pueden faltar. En estos casos, entonces, las observaciones anátomopatológicas y físico-químicas son de interés limitado. Ya en el siglo XVI existía la preocupación por identificar casos de muerte por ahogamiento, a pesar de  que, en ese tiempo, se sabía muy poco sobre los pulmones y su funcionamiento. Según Ludes & Coste (1996), a principios del siglo XX se propuso como prueba de ahogamiento la búsqueda de algas silíceas (diatomeas) en los pulmones de cadáveres dado que estas algas poseen una caparazón silícea que evita su degradación. Las diatomeas son inhaladas al mismo tiempo que el agua en las primeras fases del ahogamiento, inmediatamente luego de la hiperventilación reactiva e, igualmente, luego de los movimientos inspiratorios en la fase de agonía. Las diatomeas presentes en el líquido de sumersión penetran, a través de rupturas en las paredes alveolares del pulmón, en la circulación general y, de allí a los diversos órganos, notablemente el hígado, los riñones, el cerebro y la médula ósea donde pueden se re-encontradas aunque el cuerpo se encuentre en avanzado estado de descomposición y no puedan aplicarse las otras técnicas de investigación (Thomas et al., 1962; Tabbara & Dérobert, 1962; Ludes & Coste, 1996). Si bien algunos autores no aceptan este método por haberse hallado diatomeas en órganos de cadáveres no muertos por ahogamiento (que podrían haber sido inhaladas del aire o ingeridas), muchos otros (Auer, 1991; Ludes & Coste, 1996) lo apoyan firmemente y señalan que dichos hallazgos pueden deberse a contaminaciones externas durante la extracción (por ejemplo por el agua presente en la mesa de autopsia o en las ropas de la víctima) así como de los reactivos y material de vidrio utilizados en el posterior tratamiento y conservación de los tejidos. En Argentina, si bien se habían realizado algunos informes basados en la composición del fitoplancton, el análisis de las diatomeas para el diagnóstico nunca se ha realizado como práctica de rutina. Actualmente en los laboratorios forenses de Argentina, el diagnóstico de muerte por aspiración de agua (ahogamiento verdadero) se basa únicamente en la búsqueda de partículas minerales birrefringentes (geoplancton) en corazón y médula ósea sin atender la cantidad de "falsos positivos" que surgen de aplicar este método (Trezza et al., 1996). En Argentina, estos autores probaron la presencia de tales partículas birrefringentes de diversos tamaños en la médula ósea esternal de cadáveres no fallecidos por sumersión y propusioron, en consecuencia, que se considerara como práctica de rutina la búsqueda de diatomeas en los tejidos. Asimismo, valorizaron la importancia de buscar la concordancia entre las algas que viven en el sitio del hallazgo del cuerpo con las descubiertas en los órganos de la víctima. A raíz de la inquietud de estos profesionales médicos, en 1997 comenzó el trabajo conjunto entre mi laboratorio y profesionales del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación, con los cuales desarrollamos un proyecto de investigación conjunto. Nuestro objetivo fue, por un lado, estandarizar la metodología de trabajo, de modo tal de facilitar la obtención de muestras incontaminadas por parte del personal técnico y, por otra parte, realizar un relevamiento florístico de los cuerpos de agua en los cuales aparecían la mayoría de los casos de presunta muerte por sumersión, Avatares de la economía y de la política científica argentina no permitieron la ejecución de ese proyecto pero si continuamos realizando peritajes y realizando actividades de divulgación, con la intención de que, en algún momento, este tipo de análisis sea considerado una práctica de rutina a nivel nacional. A lo largo de estos 10 años he dictado seminarios para estudiantes de Medicina Legal y he interactuado con miembros de Cuerpos Médicos Forenses de distintas ciudades del interior de mi país y, al día de hoy, he realizado ya alrededor de 40 peritajes. La utilización de las diatomeas como elemento diagnóstico necesita de un buen conocimiento de su biología, su ecología y su clasificación, lo que hace necesaria la participación de un especialista. Sólo un especialista está en condiciones de reconocer las distintas especies que pueden aparecer y establecer su procedencia, estando entonces en condiciones de determinar cuándo se está en presencia de una contaminación. Para la interpretación de los resultados, se deben tener en cuenta las circunstancias del deceso, las características del lugar donde fue descubierto el cuerpo, la demora entre el hallazgo y la desaparición y, además, la flora acuática del lugar. El análisis de las diatomeas presentes en las muestras de agua procedentes del sitio del hallazgo del cadáver y el conocimiento de sus preferencias ecológicas, nos permitirán establecer, por una parte, las condiciones que prevalecían en el ambiente del que proceden y, por otra parte, realizar la comparación con las algas recuperadas de los tejidos analizados. Es por ello que el conocimiento de la distribución geográfica y la ecología de las diatomeas son datos de particular interés en este tipo de análisis. El intercambio comenzado en el 2004 con colegas chilenos, que condujo al desarrollo de un proyecto de investigación conjunto, ayudará a aumentar el número de especialistas que realicen este tipo de análisis, lo que, en definitiva, redundará en beneficio de las comunidades al proveer a los cuerpos médicos forenses la posibilidad de acceder fácilmente a una herramienta confiable en el diagnóstico de muerte por sumersión. Finalmente, la mayor certeza en el diagnóstico sólo podrá obtenerse si el especialista cuenta con: Protocolos de trabajo rigurosos que eviten contaminaciones desde el momento de la toma de las muestras hasta su posterior análisis en el laboratorio y, Conocimiento taxonómico de las floras locales que permitan la comparación de los géneros y especies de diatomeas recuperadas de los órganos de la víctima y los del agua del lugar donde se lo descubrió o los del lugar de inmersión (si es que este se conoce).