Educación: una apuesta por el hombre

ADRIANA ARPINI

Río Cuarto

Jornada; V Jornadas Internacionales Interdisciplinarias ICALA; 2000

Fundación CALA y Universidad Nacional de Río Cuarto

En nuestros días, en la mayoría –si no todos– los países de América Latina, el debilitamiento de lo político se traduce en el terreno educativo como pseudo-formación del ciudadano, ya que está orientada casi con exclusividad a las facetas de consumidor y espectador. La aceptación acrítica de este proceso contribuye a la colonización y pérdida de sentido no sólo de la condición de ciudadanía, sino de la dimensión propiamente humana de la vida. Diferentes autores que se han ocupado del problema acuerdan –y nosotros con ellos– en considerar a la comunicación como núcleo de un diseño educativo que favorezca la autonomía y la creatividad de los sujetos, ya sea para lograr la incorporación reflexiva de los saberes instrumentales, ya sea para participar en forma razonada y crítica en la solución de las cosas comunes, mediante un ejercicio pleno de la ciudadanía. Si bien aceptamos la necesidad de una educación basada en la forma dialógica, nos preguntamos ¿hasta qué punto es lícito separar la forma del contenido?. Por nuestra parte consideramos que esa forma dialógica está atravesada de lado a lado por cierto criterio de contenido, cierta comprensión del hombre y de la humanidad. Comprensión que lejos de convertirse en un contenido acabado y fijo, ha de mantener su carácter dinámico y abierto al reconocimiento mutuo. En este sentido consideramos pertinente recuperar las lecciones de dos humanistas cuya obra se inscribe en los orígenes mismos de la modernidad: Pico della Mirándola y Bartolomé de Las Casas.