INVESTIGADORES
MOREYRA VILLALBA Beatriz Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
INSTITUCIONES Y POLÍTICAS ECONÓMICAS
Autor/es:
BEATRIZ INÉS MOREYRA
Lugar:
RIO CUARTO
Reunión:
Jornada; . XXII Jornadas de Historia Económica; 2010
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Historia Económica y la Universidad Nacional de Río Cuarto
Resumen:
Comentarios como coordinadora de la mesa y comentarista  Dra Beatriz I. Moreyra Trabajo: Vence Conti, Agustina – UADE. Deuda externa, canjes y conversiones 1880-1905.  El trabajo revisita una vez más  el transitado tema de la crisis del 1890  en un período crucial de la historia económica argentina, 1880- 1905, tomando como eje central del análisis la crisis de 1890 y el proyecto de ley de la unificación de la deuda de 1901 y sus connotaciones políticas en la estructura del poder.  Pasa revista a las distintas interpretaciones esgrimidas especialmente por los clásicos trabajos de William Ford y los más recientes de Cortés Conde, Marichal y De la Paollera y Taylor, analizando, la deuda, las fallas del sistema bancario y del sistema fiscal. Si bien hay un prolijo estado de la cuestión, no emerge de la ponencia  una contribución específica del trabajo a la temática planteada en términos de nuevo conocimiento o de una nueva mirada interpretativa. Bordese, María Ester – CIH/UNRCRodríguez, Verónica – CIH/UNRCSuárez, Norma – becaria CONICET/CIH/UNRCEstrategias político-económicas implementadas por las instituciones públicas y privadas en relación con la pobreza y la salud en la ciudad de Río Cuarto (1920-1940).   Las autoras en este trabajo se proponen contribuir a la problemática  de la construcción del Estado social desde la mirada de una ciudad del interior de la provincia de Cba, fuertemente impactada por el crecimiento económico. En este sentido la ponencia  se enmarca  en el interés creciente de los historiadores sociales por los procesos institucionalizadores del mundo social, es decir por las instituciones, entendidas como limitaciones formales e informales de la acción que estructuran la vida cotidiana y hacen posible la existencia del mundo social.  Y es en este contexto historiográfico que los investigadores socio- históricos comenzaron a revalorizar el rol del Estado y del asociacionismo civil, reintroduciéndolos en sus indagaciones. Creo que esto constituye el principal aporte si se pondera la carencia de estudios que planteen esta problemática   a nivel municipal.  El segundo aspecto destacable, ha sido señalar  el desfasaje entre progreso económico y bienestar social en una región  del espacio pampeano; es decir la mirada sobre los costes sociales que trajo aparejado la modernización.  Con respecto a la factura del trabajo, me voy a permitir señalar algunas sugerencias para trabajos posteriores. En primer lugar, hubiera sido importante haber  ofrecido un análisis  mas detallado  del modelo de asistencia social imperante, su conformación, actores, conflictos y representaciones. Para poder evaluar los cambios y permanencias que se operaron apartir de la década del 20. En este sentido,  se abordan aspecto como los condicionantes estructurales  que requerirían una mayor sustentación empírica. También me parece importante en términos interpretativos, complejizar  el uso de las estadísticas transcriptas y no solo adicionar valores absolutos  sin su conexión con  los referentes lógicos; ej: relación entre ingresos y gastos demandados por la asistencia social.   El trabajo hubiera  asimismo ganado en fuerza interpretativa reforzando la interrelación causal e históricamente cambiante entre los diversos actores  del modelo asistencial, entre el Estado,  en sus diversas jurisdicciones y las asociaciones  no gubernamentales.  Con respecto al rol  y eficacia  de las asociaciones civiles y religiosas creo sería interesante  una mirada menos perneada por afirmaciones de tinte ideológico y  más pegada  al poder explicativo del contexto,  en  una coyuntura histórica en  la que lo público no estaba separado de lo privado y en las que las funciones de protección, de seguridad social, de gestión de recursos y otros servicios no estaban garantizados por el Estado, sino que dependían, en gran medida y con matices, directamente de la acción de personas particulares.  En este aspecto sería interesante  prestar atención al revival académico de los estudios sobre la economía mixta de bienestar que han enfatizado que la asistencia social sigue siendo el producto de un equilibrio entre el Estado, el mercado y la sociedad civil. Si bien en la segunda mitad del siglo XX, los beneficios y servicios sociales estatales adquirieron un rol mucho mayor que en épocas históricas previas, ellos compartían el espacio asistencial junto con la provisión mercantilizada de bienes privados, las actividades de asociaciones voluntarias sin fines de lucro organizadas sobre bases filantrópicas o de ayuda mutua y las redes informales de ayuda.  Por otra parte esta visón renovadora,  ha  cuestionado también la visión canónica que ponía un  excesivo apego a explicaciones exclusivamente unidimensionales en torno a la suficiencia explicativa de los mecanismos de coacción moral tendientes al control de las clases subalternas y de las poblaciones reputadas como peligrosas, para aumentar para los beneficios de la clase dirigente y para la estabilidad del orden social. En su lugar los trabajos mas recientes, con sus diferencias internas, demuestran que las prácticas de las sociedades civiles de ayuda social no estaban destinadas exclusivamente al control social, ni eran actividades residuales en el complejo proceso de construcción de un estado social; por el contrario, elaboraron soluciones a los conflictos sociales del período y prefiguraron una modernización de la asistencia. Más precisamente, constituían un mix de estrategias tradicionales y modernas, en el sentido que, si bien la meta era asistir a los “desvalidos”, constituían una nueva práctica organizada e institucionalizada. Más aún, muchas veces las asistentes de las asociaciones tuvieron que confrontar con valores societales  internalizados para justificar su accionar como voluntarias sociales.  Creo que al menos es interesante  atender  a esas nuevas tendencias, preservando las especificidades  del contexto histórico  concreto.