INVESTIGADORES
PENCHASZADEH Pablo Enrique
libros
Título:
INVASORES Invertebrados exóticos en el río de la Plata y región marina aledaña.
Autor/es:
D. BOLTOVSKOY; D. CATALDO; C. DAMBORENEA; G. DARRIGRAN; S. OBENAT; G. PASTORINO; P. E. PENCHASZADEH; E. SCHWINDT; E. SPIVAK; F. SYLVESTER
Editorial:
EUDEBA
Referencias:
Lugar: BUENOS AIRES; Año: 2005 p. 377
ISSN:
950-23-1388-7
Resumen:
El problema de las invasiones de especies exóticas no es exclusivo del sistema del Río de la Plata; varios son los ecosistemas acuáticos americanos que han sufrido la incorporación de las mismas. Sea por transporte involuntario o por introducción intencionada, los efectos de la incorporación de especies foráneas a los sistemas costeros naturales han sido identificados como de consecuencias graves. En algunos casos han sido señalados como la causa de enormes perjuicios y daños tanto para las comunidades receptoras como para el hombre. Predecir si una especie exótica se constituirá o no en una especie invasora es difícil y temerario. No existe aún un cuerpo de conocimiento que permita certeza en este punto; ello dependerá fundamentalmente de las características tanto de la especie en cuestión como de la comunidad colonizada. Hay, sin embargo, especies que han sido reconocidas como especialmente agresivas. La más importante especie invasora es, por supuesto, el hombre mismo y por dondequiera que haya pasado, ha llevado ya sea deliberada o accidentalmente, a otras especies con él. Las cualidades de una especie invasora exitosa están generalmente comprendidas en lo que se define como una especie oportunista, y se daba en referirse como estratega r-seleccionada. Las invasiones biológicas suelen ocurrir cuando los organismos son transportados a nuevos lugares, generalmente distantes, donde sus descendientes proliferan, expanden geográficamente y persisten. No son un fenómeno que se produce al azar ni tampoco son exclusivamente causadas por el hombre. Pero la magnitud geográfica, la frecuencia y el número de especies involucradas han crecido enormemente como una consecuencia directa de la expansión del comercio y el transporte.l problema de las invasiones de especies exóticas no es exclusivo del sistema del Río de la Plata; varios son los ecosistemas acuáticos americanos que han sufrido la incorporación de las mismas. Sea por transporte involuntario o por introducción intencionada, los efectos de la incorporación de especies foráneas a los sistemas costeros naturales han sido identificados como de consecuencias graves. En algunos casos han sido señalados como la causa de enormes perjuicios y daños tanto para las comunidades receptoras como para el hombre. Predecir si una especie exótica se constituirá o no en una especie invasora es difícil y temerario. No existe aún un cuerpo de conocimiento que permita certeza en este punto; ello dependerá fundamentalmente de las características tanto de la especie en cuestión como de la comunidad colonizada. Hay, sin embargo, especies que han sido reconocidas como especialmente agresivas. La más importante especie invasora es, por supuesto, el hombre mismo y por dondequiera que haya pasado, ha llevado ya sea deliberada o accidentalmente, a otras especies con él. Las cualidades de una especie invasora exitosa están generalmente comprendidas en lo que se define como una especie oportunista, y se daba en referirse como estratega r-seleccionada. Las invasiones biológicas suelen ocurrir cuando los organismos son transportados a nuevos lugares, generalmente distantes, donde sus descendientes proliferan, expanden geográficamente y persisten. No son un fenómeno que se produce al azar ni tampoco son exclusivamente causadas por el hombre. Pero la magnitud geográfica, la frecuencia y el número de especies involucradas han crecido enormemente como una consecuencia directa de la expansión del comercio y el transporte. 370 ? I n v a s o r e sI n v a s o r e s El destino de estos organismos varía mucho. La mayoría, perecen en ruta a los nuevos sitios (e.g. larvas o propágulos suspendidos en el agua de lastre de los buques). Si es que logran alcanzar un nuevo hábitat, es probable que los inmigrantes sean destruidos rápidamente por agentes físicos o biológicos. Pero ocasionalmente los inmigrantes sobreviven y se reproducen. Aún entonces, sus descendientes pueden subsistir sólo por algunas generaciones antes de extinguirse localmente. Y nuevamente, sin embargo, una pequeña fracción de estas especies inmigrantes podría persistir. En ese punto, ello no depende necesariamente de la recurrencia o re-inmigración repetida. El tamaño, número y extensión de estas poblaciones y del área ocupada por las mismas no tienen relación con cuántas veces fue introducida la especie, aunque un mayor número y frecuencia de nuevos arribos suben las probabilidades de que una especie se establezca permanentemente. Entre las especies naturalizadas que persisten después de este severo proceso, algunas irán a convertirse en invasoras. Los organismos acuáticos pueden ser introducidos a través de numerosas vías, asociadas generalmente a la actividad humana. Los barcos son el principal vehículo de transporte de especies, pero las translocaciones intencionales para la acuicultura, el alimento humano o animal y las actividades deportivas también son importantes. Entre las especies exóticas establecidas en el Atlántico sudoccidental, solo una (la ostra japonesa) fue intencionalmente introducida y dos (la misma ostra japonesa y la planta halófila Spartina angelica) han sido artificialmente propagadas después de su introducción. Para el presente libro se han seleccionado algunas especies o grupos de especies por ser reconocidos invasores en el sistema del Plata o por haber sido introducidos y ser considerados potencialmente invasores. Para el agua dulce, el mejillón dorado Limnoperna fortunei y la almeja Corbicula fluminea. Para las aguas salobres el anélido poliqueto constructor de arrecifes Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.e.g. larvas o propágulos suspendidos en el agua de lastre de los buques). Si es que logran alcanzar un nuevo hábitat, es probable que los inmigrantes sean destruidos rápidamente por agentes físicos o biológicos. Pero ocasionalmente los inmigrantes sobreviven y se reproducen. Aún entonces, sus descendientes pueden subsistir sólo por algunas generaciones antes de extinguirse localmente. Y nuevamente, sin embargo, una pequeña fracción de estas especies inmigrantes podría persistir. En ese punto, ello no depende necesariamente de la recurrencia o re-inmigración repetida. El tamaño, número y extensión de estas poblaciones y del área ocupada por las mismas no tienen relación con cuántas veces fue introducida la especie, aunque un mayor número y frecuencia de nuevos arribos suben las probabilidades de que una especie se establezca permanentemente. Entre las especies naturalizadas que persisten después de este severo proceso, algunas irán a convertirse en invasoras. Los organismos acuáticos pueden ser introducidos a través de numerosas vías, asociadas generalmente a la actividad humana. Los barcos son el principal vehículo de transporte de especies, pero las translocaciones intencionales para la acuicultura, el alimento humano o animal y las actividades deportivas también son importantes. Entre las especies exóticas establecidas en el Atlántico sudoccidental, solo una (la ostra japonesa) fue intencionalmente introducida y dos (la misma ostra japonesa y la planta halófila Spartina angelica) han sido artificialmente propagadas después de su introducción. Para el presente libro se han seleccionado algunas especies o grupos de especies por ser reconocidos invasores en el sistema del Plata o por haber sido introducidos y ser considerados potencialmente invasores. Para el agua dulce, el mejillón dorado Limnoperna fortunei y la almeja Corbicula fluminea. Para las aguas salobres el anélido poliqueto constructor de arrecifes Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Spartina angelica) han sido artificialmente propagadas después de su introducción. Para el presente libro se han seleccionado algunas especies o grupos de especies por ser reconocidos invasores en el sistema del Plata o por haber sido introducidos y ser considerados potencialmente invasores. Para el agua dulce, el mejillón dorado Limnoperna fortunei y la almeja Corbicula fluminea. Para las aguas salobres el anélido poliqueto constructor de arrecifes Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Limnoperna fortunei y la almeja Corbicula fluminea. Para las aguas salobres el anélido poliqueto constructor de arrecifes Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Corbicula fluminea. Para las aguas salobres el anélido poliqueto constructor de arrecifes Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Ficopomatus enigmaticus, (introducción de relativa larga data) y el caracol Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Rapana venosa (de reciente incorporación). Para el ambiente marino se tratan los ?dientes de perro? (cirripedios balanomorfos) y la ostra japonesa Crassostrea gigas.Crassostrea gigas. El mejillón dorado Limnoperna fortuneiLimnoperna fortunei (Dunker, 1897) en la Cuenca del Plata En el año 1991 se detectó la introducción en el Río de la Plata de Limnoperna fortunei (Dunker, 1857) (mejillón dorado o ?golden mussel?). Fue ésta también la primera vez en las Américas. Se trataLimnoperna fortunei (Dunker, 1857)