La fuerza de nuestros deberes morales en situaciones de obediencia parcial

EDUARDO RIVERA LÓPEZ

Mérida

Congreso; Primer Congreso Latinoamericano de Filosofía Analítica; 2010

Asociación Latinoamericana de Filosofía Analítica y Universidad Nacional Autónoma de México

La cuestión que trato en este trabajo pertenece a la así llamada filosofía moral “no ideal”, es decir, a la parte de la filosofía moral normativa que intenta determinar el contenido de nuestros deberes morales en situaciones en las cuales muchos otros no cumplen con sus deberes morales. Esta parte de la filosofía moral está relativamente poco explorada. Sin embargo, es una parte fundamental, si es que se pretende que la filosofía moral tenga aplicación práctica y poder motivador, dado que el mundo real es un mundo no ideal en este sentido. La pregunta fundamental que me hago (y respondo tentativamente) en este trabajo es la más simple dentro de esta problemática: si, suponiendo que tengo el deber genérico de hacer X, el hecho de que una parte no despreciable de mi comunidad moral no cumpla con su deber de hacer X modifica (o no) la fuerza de mi deber de hacer X, siendo todo lo demás igual. Las teorías morales tradicionales, el utilitarismo y el kantismo, responden esta pregunta de modo negativo: si todo lo demás permanece igual, mi deber de hacer X no se ve influenciado por la obediencia parcial de los otros agentes morales. Si es que se modifica, ello depende contingentemente de que otras cosas se modifiquen, además del hecho de la no-obediencia por parte de otros. Mi hipótesis (muy exploratoria) es que, siendo todo lo demás igual, existe un “factor de reducción” de la fuerza de mi deber de hacer X en situaciones de obediencia parcial. Dicho factor de reducción no depende contingentemente de las circunstancias, sino sólo de la naturaleza del deber en cuestión. Para argumentar a favor de la existencia de dicho factor de reducción, así como para explicar de qué modo (complejo) opera esa reducción, realizo una distinción entre dos clases de razones morales, “razones de contenido” y “razones cooperativas”, sosteniendo que ambos tipos de razones operan (en casi todos los casos) conjuntamente para determinar la existencia y la fuerza de un deber. Las razones de contenido (aquellas que dependen de la naturaleza de la acción y la afectación que ésta produce en otro agente moral) no se modifican en situaciones de obediencia parcial. En cambio, las razones cooperativas (aquellas que dependen de reforzar la existencia de una comunidad moral) sí se ven afectadas por la no-obediencia de otros agentes, reduciéndose su fuerza en este tipo de situaciones. Finalmente, intento encontrar algunos criterios para determinar de qué modo se produce la reducción, y sostengo que ella depende de, al menos, tres factores: la fuerza general del deber, el peso relativo de las razones cooperativas, y el grado de desobediencia de ese deber.