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El disfraz es un motivo narrativo ubicuo en la literatura medieval: en los romans franceses, caballeros como Perceval o Lancelot cambian una y otra vez sus armas para evitar ser reconocidos en torneos y justas, Tristán asume sistemáticamente diversas identidades para conseguir acercarse a la reina y tanto las crónicas como los cantares de gesta nos presentan innumerables situaciones en las que los héroes se valen de este recurso como una estrategia bélica de gran eficacia. El romance en inglés medio también recurre con frecuencia al motivo del disfraz para articular y hacer avanzar la acción. Sin embargo, en el corpus que analizaremos, el juego de máscaras se resignifica y adquiere una notable especificidad al combinarse con el motivo del exilio. Analizaremos, pues, la función que adquiere el disfraz en este contexto narrativo y las diversas estrategias de reconocimiento que se utilizan en cada texto para develar el incógnito.