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Los estudios urbanos en general, y especialmente en América Latina, se han centrado históricamente en el hábitat popular informal y precario, y su vinculación con los procesos de urbanización y migración. La temática de la migración y su distribución en las ciudades fue una problemática analizada por los teóricos clásicos de la Primera Escuela de Chicago (Ecología Urbana) en los Estados Unidos hacia principios del siglo XX bajo una mirada asimilacionista. En América Latina, la teoría de la modernización explicaba que el desarrollo industrial en las periferias y la subsiguiente migración campo-ciudad contenían el pasaje de un tipo de sociedad arcaico, tradicional y rural a otro urbano, moderno e industrial que funcionaba como el gran mecanismo integrador y modernizador (Camarero, 2000). En cambio, ciertos autores, inscriptos dentro de la corriente de la Teoría de la Urbanización Dependiente (TUD)2, resaltaban la presencia de ciertos rasgos específicos y estructurales de la urbanización latinoamericana. Estos rasgos no se consideraban una repetición del proceso atravesado por los países centrales o un mero reflejo de un proceso de modernización sino la expresión de la agudización de las contradicciones sociales inherentes a su modo de desarrollo determinado por su dependencia dentro del sistema capitalista mundial (Castells, 1974; Jaramillo, 2012).no desigual (y combinado) según localización. En este marco general, las preguntas de índole teórica disparadoras son las siguientes: ¿El lugar de origen (la condición migratoria y pertenencia indígena) de la población puede explicar las estrategias de acceso al hábitat y laborales, o las mis-78Julieta Barada, Emilia Mosso y Diego Roldán (Coordinadores)mas dependen a su vez de otros determinantes de índole estructural? ¿Qué impacto tienen las estrategias, las prácticas residenciales y las distintas lógicas existentes en la configuración material del hábitat latinoamericano? ¿Qué vinculaciones pueden establecerse entre la dinámica urbana y laboral? ¿Puede entenderse la dinámica urbana sin el componente rural de la población?Este capítulo se plantea dar respuestas a estas preguntas a partir del estudio sobre los orígenes y la conformación de dos barrios de la ciudad de El Alto (Bolivia): uno céntrico y antiguo, 16 de Julio (tercera sección), y el otro periférico de reciente formación, El Porvenir .Estos barrios poseen distintos niveles de consolidación urbana en relación con la calidad de la vivienda y la provisión de los servicios públicos domiciliarios, la infraestructura urbana y los equipamientos comunitarios. Estos dos barrios alteños- que definen un tipo de hábitat popular particular- expresan el proceso de urbanización del país y las distintas etapas del crecimiento de El Alto que fueron parte de la formación metropolitana de la ciudad de