INSUGEO   12554
INSTITUTO SUPERIOR DE CORRELACION GEOLOGICA
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Geología y recursos geológicos de la Mesopotamia argentina.-Panorama refional sudamericano
Autor/es:
ACEÑOLAZA, F. G.
Editorial:
EAE
Referencias:
Lugar: Saarbrücken; Año: 2012 p. 169
ISSN:
978-3-659-04175-4
Resumen:
GEOLOGÍA Y RECURSOS GEOLÓGICOS DE LA MESOPOTAMIA ARGENTINA.- La Mesopotamia fue
definida como unidad geográfica por Martín de Moussy (1860) para describir la
amplia región comprendida por los ríos Paraná
y Uruguay. En dicha definición no solo hizo una descripción de sus caracteres
morfológicos sino que también tomó en consideración aquellos geológicos que
previamente, había determinado Alcide D'Orbigny (1842) y que, naturalmente eran fundamentales para caracterizar la
región. Con posterioridad ,y hasta nuestros días, numerosos y diferentes
autores abordaron la temática geológica regional brindando detalles acerca de
la estratigrafía, paleontología, sedi-mentología y yacimientos de interés comercial. Ellos permitieron
conceptualizar un panorama regional bastante aceptable
en el marco de lo que hoy se conoce de la geología argentina; aunque debe
destacarse que la creación de una abundante
nomenclatura estratigráfica, como la existente, ha oscurecido la comprensión de
los acontecimientos allí ocurridos. Cuando nos
referimos a la geología de la Mesopotamia, en principio debemos reconocer la
afinidad de sus unidades estratigráficas con
las que afloran tanto en territorio de Uruguay como en los estados sureños de
Brasil y en el Paraguay Oriental. No sólo
ellas, sino también en lo que se refiere al comportamiento estructural que ha
tenido la región en tiempos fanerozoicos. La geología de la Mesopotamia no es
solo la que se tiene en afloramientos sino también aquella que está en el subsuelo y de cuyo conocimiento se ha
avanzado en los últimos años gracias a disponer de la información que proveen numerosas perforaciones profundas hechas en
las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Hay una fundada suposición
que el diseño geográfico mesopotámico en muchos casos está determinado por
fracturas profundas, corticales, que
condicionaron gran parte de los contornos fluviales o elevaciones de
determinados sectores, a los que luego nos
referiremos. Ellas integran varios sistemas de dirección norte-sur,
noreste-suroeste y sureste-noroeste que en muchos casos representan escalones
en el basamento cristalino profundo. En primer lugar debe señalarse que el
basamento más antiguo en el ámbito mesopotámico está directamente vinculado con
las rocas cristalinas precámbrico del suroeste
de Uruguay. Ellas afloran el la Isla Martín García y también han sido
detectadas en las perforaciones de Gualeguaychú,
Concepción del Uruguay y Colón. Normalmente están compuestas por rocas
metamórficas y graníticas que, en el caso de Martín García, representan dos
ciclos metamórfico-deformativos: uno ocurrido entre 2.085-2050 Ma. y otro entre 1.870-1.600 antigüedad a las que
posiblemente puedan relacionarse las rocas del subsuelo entrerriano. En discordancia y por sobre ellas se ha reconocido
la existencia de rocas sedimentarias atribuidas al Paleozoico y al
Triásico-Jurásico las que a su vez se le sobreponen coladas basálticas
cretácicas. En el caso de la perforación YPF de Nogoyá
en su piso se registraron rocas cristalinas sobre las que sigue una secuencia
de areniscas claras posiblemente del Paleozoico superior que serían
correlacionables con las formaciones Sachayoj y Charata propias de Pampasia y
con posible equivalencia en Uruguay a
la sucesión Melo/Yaguarí. En esta misma perforación se reconoció la existencia
de areniscas rojizas y moradas que representarían
las formaciones Buena Vista/Cuchilla Ombú y Tacuarembó que han provisto restos fósiles de artrópodos estéridos. Para este
conjunto podría ser equivalente a la Formación Piramboia que en Brasil subyace a las areniscas medanosas de
Formación Botucatú. Esta última, en toda la región, constituye la base del
basalto Serra Geral cuya extensión regional es casi equivalente a la de toda la
Mesopotamia.
El
espesor y extensión de los derrames volcánicos es variable, aunque llegan a
tener una potencia superior a los 800 metros. Representan el acontecimiento volcánico del rift atlántico
ocurrido entre fines del Jurásico y, principalmente en el Cretácico bajo.
Teniendo en cuenta los afloramientos del Paleozoico superior que afloran en
Paraguay y en el estado de Río Grande do
Sul se supone que por debajo del basalto, en la provincia de Misiones, debe
yacer una muy importante columna estratigráfica de esa edad la que hasta la
fecha no ha podido ser establecida por la carencia de perforaciones profundas en el sector. Recubriendo el
basalto siguen areniscas rojizas de naturaleza fluvial cuya expresión en la
margen izquierda del Río Uruguay se reconocen con el nombre de Formación
Guichón y que en Entre Ríos se las identificó con el nombre de Puerto Yeruá. En afloramientos del Palmar de
Colón se reconoció la existencia de un resto que fue
asignado a un dinosaurio.La secuencia estratigráfica sigue con la Formación
Fray Bentos del Oligoceno, representada por areniscas y gravas rosadas calcáreas, parcialmente
silicificadas cuyos afloramientos se encuentran en la zona oriental
de Entre Ríos y en sectores de la Meseta de Mercedes (Herbst y Santa Cruz,
1999).
En el subsuelo esta unidad está representada por los limos
pardo-rojizos que sirven de sustrato a los sedimentos marinos fosilíferos de
la Formación Paraná, del Mioceno. Esta última, con afloramientos en la ciudad
homónima, representa una importante trasgresión
del mar sobre el continente llegando a inundar un sector importante del oeste
de Mesopotamia y especialmente el ámbito
pampásico. La regresión marina dio lugar al desarrollo de una amplia planicie fluvial donde se depositó una importante sucesión de
arenas que cubrió en gran parte de Corrientes y en el oeste-centro de Entre Ríos. Ello ocurrió en el Plioceno y en
sus estratos se reconoce una importante fauna fósil. En cambio en la región del Río Uruguay y oriental de Entre Ríos el
sistema fluvial no solo dejó depósitos arenosos sino también con-glomerádicos
de gran magnitud (Formación Salto).
Al
finalizar el Terciario se inicia una etapa en la que se depositaron importantes
niveles loésicos y tobáceos (Formación General Alvear) a los que le sucede una etapa de depósitos lacustres y
fluviales del Pleistoceno restringidos a determinados
sectores de la región mesopotámica (formaciones Hernandarias, Bonpland,
Yupoí-Toropí) que, en conjunto, cubren una
amplia región de las provincias de Corrientes y Misiones. El desarrollo de un
importante manto laterítico, fruto de condiciones paleoclimáticas relativamente cálida y húmeda dio
lugar a extensos afloramientos en Misiones y noreste
de Corrientes (Formación Apóstoles).En tiempos del Pleistoceno toma forma la
planicie mesopotámica cuya cota es del orden de los 80 msnm, siendo a partir de
entonces incidida por sistemas fluviales que dejaron depósitos areno-arcillosos en distinta posición, configurando
geoformas que en algunos casos han recibido una inadecuada definición litoestratigráfica. Este proceso de corte y
relleno de valles fluviales se lo aprecia con mayor claridad en Corrientes y Entre Ríos. Se estima que ello aconteció casi
contemporáneamente con la depositación del loess final (Formación Tezanos Pintos) y previamente al último avance del
mar sobre el valle inferior del Paraná y del Uruguay (Formación Isla Talavera
(Querandinense") .