INSUGEO   12554
INSTITUTO SUPERIOR DE CORRELACION GEOLOGICA
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Ciencia y pseudociencias
Autor/es:
RICARDO N. ALONSO
Editorial:
Mundo Editorial
Referencias:
Lugar: Salta; Año: 2012 p. 212
ISSN:
978-987-1618-82-8
Resumen:
PRÓLOGO ?La superstición, la pseudociencia y la anticiencia pueden ser utilizadas como indicadores del estado de salud de una cultura?. MARIO BUNGE La idea de este libro tiene que ver con el amplio campo de las creencias sobre ovnis, extraterrestres, profecías, apocalipsis, fin del mundo, seres fantásticos, supersticiones, misterios sobrenaturales, en fin, cuestiones que lindan entre lo racional y lo irracional; entre la ciencia y las pseudociencias. Se busca que el lector encuentre aquí argumentos firmes, e incluso divertidos, que le ayuden a pensar críticamente. Hay matices, puntos de vista, planteos fuertes, explicaciones que pueden no gustar, que pueden ser debatidas o aclaradas, pero lo importante es que no se busca ofender a nadie, ni creyentes, ni no creyentes. Simplemente se intenta hacer conocer otros enfoques que no son precisamente los de algunos de los grandes medios periodísticos mundiales, que inyectan versiones apocalípticas y oscurantismo por doquier. El lingüista Noam Chomsky, en su momento, se encargó de aclarar este punto en sus ?Diez Estrategias de Manipulación Mediática?. A lo largo del libro se trata cada tema por separado, con lo cual cada capítulo puede leerse independientemente de los demás. Todos ellos van precedidos de un copete ligeramente explicativo y de alguna frase interesante dicha por algún científico o personaje reconocido. El recorrido del texto comienza con una demarcación entre lo que es ciencia y lo que son las pseudociencias. Un viaje de veinte siglos nos lleva desde el pensamiento puro de Aristóteles en la antigua Grecia hasta la comprobación experimental de Galileo y sus experimentos en la Torre de Pisa. Luego se discute el pensamiento mágico y cómo los hechiceros de lo irracional juegan con la salud y la vida de las personas que confían en ellos su dinero. La inmensidad del Universo, sus enormes distancias entre las estrellas, y el límite físico de la velocidad de la luz, ponen freno a cualquier imaginación delirante y nos muestran la crudeza de la realidad humana en el Cosmos. Como decía Stanley Kubrick, ?el hecho más aterrorizante del universo no es que éste sea hostil, sino que es indiferente? y nos llamaba a la reflexión diciendo que: ?No importa qué tan vasta sea la oscuridad, nosotros debemos aportar nuestra propia luz?. Un ?cielo fósil? es una metáfora demasiado fuerte y demasiado realista cuando profundizamos ese análisis. Numerosos capítulos y en distinto orden están dedicados a tratar el tema de los Ovnis. Estos han dado mucha tela para cortar. Ningún astrónomo ni científico serio cree en ellos. Quien se encargó de discutirlos prolijamente y con argumentos irrebatibles fue Carl Sagan, uno de los científicos más importantes del siglo XX, no solamente por su rigurosa obra académica, sino también por sus excelentes trabajos de divulgación. Sin embargo fue también uno de los mayores exponentes de la exobiología, o sea de la posibilidad de búsqueda de vida extraterrestre. La lectura de los distintos capítulos permitirá contestar algunas de las clásicas preguntas, como aquellas que parecen propias del sentido común en cuanto a que un universo tan grande debe estar pletórico de vida y el porqué la estadística del número de estrellas no tiene nada que ver con lo que llamamos precisamente vida y evolución. En este sentido es muy recomendable el capítulo sobre la hipótesis de la ?Tierra Rara?. También se abordan cuestiones que tienen que ver con vacas mutiladas, trigales que aparecen aplastados con formas de figuras llamadas ?agroglifos?, congresos para tratar la fenomenología Ovni y la ?ciencia? de la ufología, cometas que se acercan a la Tierra y despiertan el pánico milenario con suicidios de algunos extravagantes, los repetidos Apocalipsis y los sucesivos ?fin del mundo? que nunca ocurren, la astrología y sus signos, especialmente el de Virgo, fraudes con cuestiones del más allá como el caso Belmez de la Moraleja, el magnetismo esotérico del Cuzco, las ruinas Incas como construcciones de alienígenas picapedreros, las ?Líneas de Nazca? como pistas de aterrizaje de Ovnis, el ?Diluvio Universal? que la ciencia determinó que ni fue diluvio ni tampoco universal, los terremotos como castigos divinos, seres fantásticos del campo de la zoología como el Ucumar, entre otros muchos temas. Se rescatan las figuras de grandes racionalistas que pusieron una cuota de sensatez ante el crecimiento del pensamiento mágico, las pseudociencias, la superstición y la anticiencia, entre ellos el ya mencionado Carl Sagan, así como el matemático y divulgador Martín Gardner; Voltaire, ?el fénix de la razón?; el cosmólogo Martin Rees; el extraordinario enciclopedista benedictino Benito Jerónimo Feijoo, que se atrevió a hacerlo desde dentro de la iglesia, entre otros más citados a lo largo y ancho del texto. Una versión preliminar del presente libro corresponde al capítulo escrito por el suscripto en una recopilación de textos del Grupo Salta bajo el título de ?La Vigencia del Oscurantismo?. El famoso filósofo argentino Mario Bunge, radicado en Canadá, ha señalado claramente el peligro que encierra para la ciencia permitir alegremente el avance de las pseudociencias que van inficionando incluso el mundo académico y como virus atacan a la propia investigación científica. Profesionales que se vuelven contra sus propias disciplinas ganadas por discursos dogmáticos acientíficos e irracionales, tal como ocurre ampliamente en las universidades donde encontramos paleontólogos creacionistas, ingenieros nucleares que se oponen a la energía atómica, geólogos e ingenieros de minas antimineros, ingenieros agrónomos o forestales anti-desmontes, médicos homeópatas, entre muchos otros. Esto llevó a Bunge a escribir lo siguiente: ?Los científicos y los filósofos tienden a tratar la superstición, la pseudociencia y hasta la anticiencia como basura inofensiva o, incluso, como algo adecuado al consumo de las masas; están demasiado ocupados con su propias investigaciones como para molestarse por tales sinsentidos. Esta actitud, sin embargo, es de lo más desafortunada. Y ello por las siguientes razones. Primero, la superstición, la pseudociencia y la anticiencia no son basura que pueda ser reciclada con el fin de transformarla en algo útil: se trata de virus intelectuales que pueden atacar a cualquiera ?lego o científico- hasta el extremo de hacer enfermar toda una cultura y volverla contra la investigación científica. Segundo, el surgimiento y la difusión de la superstición, la pseudociencia y la anticiencia son fenómenos psicosociales importantes, dignos de ser investigados de forma científica y, tal vez, hasta de ser utilizados como indicadores del estado de salud de una cultura? (Mario Bunge, 2010. Las pseudociencias ¡vaya timo! Ed. Laetoli, N° 14, 248 p., Navarra, España). Finalmente, si el lector se interesa por una lectura no dogmática del amplio espectro de artículos que aquí se exponen, el objetivo del libro se habrá logrado.