INSUGEO   12554
INSTITUTO SUPERIOR DE CORRELACION GEOLOGICA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis paleoambiental de la Formación San José (Tremadociano inferior) en la sierra de Mojotoro, Cordillera Oriental argentina
Autor/es:
ZELAYA, A.M. Y MOYA, M.C.
Lugar:
Salta
Reunión:
Encuentro; XIII Reunión Argentina de Sedimentología; 2012
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
                                                                                                     XIII Reunión Argentina de Sedimentología. Salta, Argentina, 2012         Análisis paleoambiental de la Formación San José (Tremadociano inferior) en la sierra de Mojotoro,                                                               Cordillera Oriental argentina                                                                    A.M. Zelaya1 y M.C. Moya21 y M.C. Moya2 1 CNEA – CIUNSa, 2 CONICET – CIUNSa. Universidad Nacional de Salta, Facultad de Ciencias Naturales, Geología. Avda. Bolivia 5150 –(4400) Salta, zm.alfredo05@gmail.com / moyacris@arnet.com.arCNEA – CIUNSa, 2 CONICET – CIUNSa. Universidad Nacional de Salta, Facultad de Ciencias Naturales, Geología. Avda. Bolivia 5150 –(4400) Salta, zm.alfredo05@gmail.com / moyacris@arnet.com.ar La Formación San José (Harrington, 1957; Moya, 1998) comprende un conjunto de lutitas y limolitas portadoras de fauna marina del Tremadociano temprano inicial, con Jujuyaspis keideli Kobayashi como el fósil más abundante y representativo. La unidad aflora en la sierra de Mojotoro, donde cubre y subyace a las formaciones La Pedrera y Caldera, también de edad tremadociana temprana, con las que guarda relación de concordancia. Distintos aspectos geológicos de la Formación San José fueron analizados recientemente por Zelaya (2011), a partir del relevamiento de cinco secciones estratigráficas en la sierra de Mojotoro. En la presente contribución  se da a conocer parte de la información obtenida, referida a las facies (Cuadro 1), las asociaciones de facies y la interpretación de los paleoambientes sedimentarios que habrían permitido el depósito de esta formación. La facies Ae de arenisca cuarzosa limpia, domina y es prácticamente excluyente en el tramo inferior de la Formación San José, donde se asocia con capas de vaque micácea de la facies Apg (Figura 1). Esta asociación permite asignar el desarrollo del sistema de barras de marea invocadas para la facies Ae, a la franja marina subtidal, más que a la intertidal inferior. A su vez, los eventos de alta energía que representan los depósitos de la facies Apg, habrían afectado no sólo a la zona subtidal ubicada por encima del nivel de base de olas normales, sino a la plataforma interna (inner shelf), alcanzando probablemente, la plataforma externa (outer shelf), ya que la facies Apg se asocia no sólo con la Ae, sino con la facies de pelita laminada (Pl, Figura 2) en el tramo medio de la Formación San José y con la Pl y la Hl, de interlaminaciones rítmicas (Figuras 3 y 4), en el tramo superior de la unidad. Las ritmitas de la facies Hl presentan micro-estructuras que se identifican con las señaladas por Noffke (2010, Figs. III.6, 8, 37, 38), como estructuras sedimentarias microbiológicamente inducidas por la actividad de tapetes bacterianos (MISS: Microbialy Induced Sedimentary Structures): i. Microsecuencias gradadas y corrugadas que integran algunas láminas de arenisca y que rematan en delgados niveles también corrugados de óxido de Fe (Figura 5); ii. Micro-estructuras filamentosas que constituyen el alma de algunas láminas de pelita y que podrían corresponder a materia orgánica oxidada (Figura 6). Según Noffke (2010), estas MISS serían exclusivas y diagnósticas de áreas supra e intermareales; la fábrica micro-corrugada sería el resultado de condiciones alternantes de sedimentación detrítica y períodos de no depósito, marcados por el desarrollo de tapetes microbianos. Se concuerda con esta autora en que esta fábrica es el resultado de condiciones alternantes de sedimentación, incluso se considera como la alternativa más probable, que la facies Hl se desarrolló en un ambiente influenciado por mareas (Cuadro 1). Sin embargo, se discrepa con dicha autora, respecto que estas MISS sean exclusivas de planicies de marea, ya que en nuestro caso, las ritmitas de la facies Hl contienen trilobites y graptolitos, organismos que no fueron euritérmicos ni eurihalinos, como para soportar los repetidos cambios de humedad, temperatura y salinidad, que caracterizan a los ambientes de inter y supramarea. Por otro lado, las acumulaciones masivas de exuvias de trilobites, señalan que el ambiente tuvo que ser estable, protegido y oxigenado, que es el apto para el proceso de ecdisis; además, el buen estado de conservación de los restos fósiles, no admite suponer energías efectivas, sean de transporte o de depósito; antes bien, la presencia de tapetes microbianos en el sustrato, podría representar el recurso alimenticio necesario para la etapa posterior a la eluviación. Según lo antedicho, la facies Hl se habría desarrollado en una plataforma interna dominada por mareas; esto es, por debajo del nivel de base de olas normales y por debajo del nivel efectivo de acumulación de fango (“mudline”), dada su asociación con la facies Pl, cuyo ambiente podría abarcar tanto la plataforma interna como la externa; una profundidad máxima de 80 m, que es la de la zona fótica, estaría marcada por los tapetes microbianos. Se aclara que depósitos similares a los de la facies Hl, se dan a partir de flujos densos de fondo, generados por sismos, tormentas o fuertes descargas fluviales, los que luego de atravesar la plataforma interna, pierden carga y velocidad y alcanzan la plataforma externa como corrientes diluidas y poco efectivas. Restaría comentar que el arreglo estratigráfico vertical de las asociaciones de facies reconocidas en la Formación San José, se ajustan al modelo de plataforma marina terrígena dominada por mareas (Selley, 2000). En el caso particular tratado, la plataforma habría estado afectada por un ciclo de ascenso y descenso relativo del nivel del mar, que dio como resultado el desarrollo de un cortejo de transgresión (facies Ae y Pl), que culmina en una superficie de máxima inundación (dentro de Pl) y un cortejo de nivel del mar alto (facies Pl, Hl y Ae).Jujuyaspis keideli Kobayashi como el fósil más abundante y representativo. La unidad aflora en la sierra de Mojotoro, donde cubre y subyace a las formaciones La Pedrera y Caldera, también de edad tremadociana temprana, con las que guarda relación de concordancia. Distintos aspectos geológicos de la Formación San José fueron analizados recientemente por Zelaya (2011), a partir del relevamiento de cinco secciones estratigráficas en la sierra de Mojotoro. En la presente contribución  se da a conocer parte de la información obtenida, referida a las facies (Cuadro 1), las asociaciones de facies y la interpretación de los paleoambientes sedimentarios que habrían permitido el depósito de esta formación. La facies Ae de arenisca cuarzosa limpia, domina y es prácticamente excluyente en el tramo inferior de la Formación San José, donde se asocia con capas de vaque micácea de la facies Apg (Figura 1). Esta asociación permite asignar el desarrollo del sistema de barras de marea invocadas para la facies Ae, a la franja marina subtidal, más que a la intertidal inferior. A su vez, los eventos de alta energía que representan los depósitos de la facies Apg, habrían afectado no sólo a la zona subtidal ubicada por encima del nivel de base de olas normales, sino a la plataforma interna (inner shelf), alcanzando probablemente, la plataforma externa (outer shelf), ya que la facies Apg se asocia no sólo con la Ae, sino con la facies de pelita laminada (Pl, Figura 2) en el tramo medio de la Formación San José y con la Pl y la Hl, de interlaminaciones rítmicas (Figuras 3 y 4), en el tramo superior de la unidad. Las ritmitas de la facies Hl presentan micro-estructuras que se identifican con las señaladas por Noffke (2010, Figs. III.6, 8, 37, 38), como estructuras sedimentarias microbiológicamente inducidas por la actividad de tapetes bacterianos (MISS: Microbialy Induced Sedimentary Structures): i. Microsecuencias gradadas y corrugadas que integran algunas láminas de arenisca y que rematan en delgados niveles también corrugados de óxido de Fe (Figura 5); ii. Micro-estructuras filamentosas que constituyen el alma de algunas láminas de pelita y que podrían corresponder a materia orgánica oxidada (Figura 6). Según Noffke (2010), estas MISS serían exclusivas y diagnósticas de áreas supra e intermareales; la fábrica micro-corrugada sería el resultado de condiciones alternantes de sedimentación detrítica y períodos de no depósito, marcados por el desarrollo de tapetes microbianos. Se concuerda con esta autora en que esta fábrica es el resultado de condiciones alternantes de sedimentación, incluso se considera como la alternativa más probable, que la facies Hl se desarrolló en un ambiente influenciado por mareas (Cuadro 1). Sin embargo, se discrepa con dicha autora, respecto que estas MISS sean exclusivas de planicies de marea, ya que en nuestro caso, las ritmitas de la facies Hl contienen trilobites y graptolitos, organismos que no fueron euritérmicos ni eurihalinos, como para soportar los repetidos cambios de humedad, temperatura y salinidad, que caracterizan a los ambientes de inter y supramarea. Por otro lado, las acumulaciones masivas de exuvias de trilobites, señalan que el ambiente tuvo que ser estable, protegido y oxigenado, que es el apto para el proceso de ecdisis; además, el buen estado de conservación de los restos fósiles, no admite suponer energías efectivas, sean de transporte o de depósito; antes bien, la presencia de tapetes microbianos en el sustrato, podría representar el recurso alimenticio necesario para la etapa posterior a la eluviación. Según lo antedicho, la facies Hl se habría desarrollado en una plataforma interna dominada por mareas; esto es, por debajo del nivel de base de olas normales y por debajo del nivel efectivo de acumulación de fango (“mudline”), dada su asociación con la facies Pl, cuyo ambiente podría abarcar tanto la plataforma interna como la externa; una profundidad máxima de 80 m, que es la de la zona fótica, estaría marcada por los tapetes microbianos. Se aclara que depósitos similares a los de la facies Hl, se dan a partir de flujos densos de fondo, generados por sismos, tormentas o fuertes descargas fluviales, los que luego de atravesar la plataforma interna, pierden carga y velocidad y alcanzan la plataforma externa como corrientes diluidas y poco efectivas. Restaría comentar que el arreglo estratigráfico vertical de las asociaciones de facies reconocidas en la Formación San José, se ajustan al modelo de plataforma marina terrígena dominada por mareas (Selley, 2000). En el caso particular tratado, la plataforma habría estado afectada por un ciclo de ascenso y descenso relativo del nivel del mar, que dio como resultado el desarrollo de un cortejo de transgresión (facies Ae y Pl), que culmina en una superficie de máxima inundación (dentro de Pl) y un cortejo de nivel del mar alto (facies Pl, Hl y Ae).Ae de arenisca cuarzosa limpia, domina y es prácticamente excluyente en el tramo inferior de la Formación San José, donde se asocia con capas de vaque micácea de la facies Apg (Figura 1). Esta asociación permite asignar el desarrollo del sistema de barras de marea invocadas para la facies Ae, a la franja marina subtidal, más que a la intertidal inferior. A su vez, los eventos de alta energía que representan los depósitos de la facies Apg, habrían afectado no sólo a la zona subtidal ubicada por encima del nivel de base de olas normales, sino a la plataforma interna (inner shelf), alcanzando probablemente, la plataforma externa (outer shelf), ya que la facies Apg se asocia no sólo con la Ae, sino con la facies de pelita laminada (Pl, Figura 2) en el tramo medio de la Formación San José y con la Pl y la Hl, de interlaminaciones rítmicas (Figuras 3 y 4), en el tramo superior de la unidad. Las ritmitas de la facies Hl presentan micro-estructuras que se identifican con las señaladas por Noffke (2010, Figs. III.6, 8, 37, 38), como estructuras sedimentarias microbiológicamente inducidas por la actividad de tapetes bacterianos (MISS: Microbialy Induced Sedimentary Structures): i. Microsecuencias gradadas y corrugadas que integran algunas láminas de arenisca y que rematan en delgados niveles también corrugados de óxido de Fe (Figura 5); ii. Micro-estructuras filamentosas que constituyen el alma de algunas láminas de pelita y que podrían corresponder a materia orgánica oxidada (Figura 6). Según Noffke (2010), estas MISS serían exclusivas y diagnósticas de áreas supra e intermareales; la fábrica micro-corrugada sería el resultado de condiciones alternantes de sedimentación detrítica y períodos de no depósito, marcados por el desarrollo de tapetes microbianos. Se concuerda con esta autora en que esta fábrica es el resultado de condiciones alternantes de sedimentación, incluso se considera como la alternativa más probable, que la facies Hl se desarrolló en un ambiente influenciado por mareas (Cuadro 1). Sin embargo, se discrepa con dicha autora, respecto que estas MISS sean exclusivas de planicies de marea, ya que en nuestro caso, las ritmitas de la facies Hl contienen trilobites y graptolitos, organismos que no fueron euritérmicos ni eurihalinos, como para soportar los repetidos cambios de humedad, temperatura y salinidad, que caracterizan a los ambientes de inter y supramarea. Por otro lado, las acumulaciones masivas de exuvias de trilobites, señalan que el ambiente tuvo que ser estable, protegido y oxigenado, que es el apto para el proceso de ecdisis; además, el buen estado de conservación de los restos fósiles, no admite suponer energías efectivas, sean de transporte o de depósito; antes bien, la presencia de tapetes microbianos en el sustrato, podría representar el recurso alimenticio necesario para la etapa posterior a la eluviación. Según lo antedicho, la facies Hl se habría desarrollado en una plataforma interna dominada por mareas; esto es, por debajo del nivel de base de olas normales y por debajo del nivel efectivo de acumulación de fango (“mudline”), dada su asociación con la facies Pl, cuyo ambiente podría abarcar tanto la plataforma interna como la externa; una profundidad máxima de 80 m, que es la de la zona fótica, estaría marcada por los tapetes microbianos. Se aclara que depósitos similares a los de la facies Hl, se dan a partir de flujos densos de fondo, generados por sismos, tormentas o fuertes descargas fluviales, los que luego de atravesar la plataforma interna, pierden carga y velocidad y alcanzan la plataforma externa como corrientes diluidas y poco efectivas. Restaría comentar que el arreglo estratigráfico vertical de las asociaciones de facies reconocidas en la Formación San José, se ajustan al modelo de plataforma marina terrígena dominada por mareas (Selley, 2000). En el caso particular tratado, la plataforma habría estado afectada por un ciclo de ascenso y descenso relativo del nivel del mar, que dio como resultado el desarrollo de un cortejo de transgresión (facies Ae y Pl), que culmina en una superficie de máxima inundación (dentro de Pl) y un cortejo de nivel del mar alto (facies Pl, Hl y Ae).Hl presentan micro-estructuras que se identifican con las señaladas por Noffke (2010, Figs. III.6, 8, 37, 38), como estructuras sedimentarias microbiológicamente inducidas por la actividad de tapetes bacterianos (MISS: Microbialy Induced Sedimentary Structures): i. Microsecuencias gradadas y corrugadas que integran algunas láminas de arenisca y que rematan en delgados niveles también corrugados de óxido de Fe (Figura 5); ii. Micro-estructuras filamentosas que constituyen el alma de algunas láminas de pelita y que podrían corresponder a materia orgánica oxidada (Figura 6). Según Noffke (2010), estas MISS serían exclusivas y diagnósticas de áreas supra e intermareales; la fábrica micro-corrugada sería el resultado de condiciones alternantes de sedimentación detrítica y períodos de no depósito, marcados por el desarrollo de tapetes microbianos. Se concuerda con esta autora en que esta fábrica es el resultado de condiciones alternantes de sedimentación, incluso se considera como la alternativa más probable, que la facies Hl se desarrolló en un ambiente influenciado por mareas (Cuadro 1). Sin embargo, se discrepa con dicha autora, respecto que estas MISS sean exclusivas de planicies de marea, ya que en nuestro caso, las ritmitas de la facies Hl contienen trilobites y graptolitos, organismos que no fueron euritérmicos ni eurihalinos, como para soportar los repetidos cambios de humedad, temperatura y salinidad, que caracterizan a los ambientes de inter y supramarea. Por otro lado, las acumulaciones masivas de exuvias de trilobites, señalan que el ambiente tuvo que ser estable, protegido y oxigenado, que es el apto para el proceso de ecdisis; además, el buen estado de conservación de los restos fósiles, no admite suponer energías efectivas, sean de transporte o de depósito; antes bien, la presencia de tapetes microbianos en el sustrato, podría representar el recurso alimenticio necesario para la etapa posterior a la eluviación. Según lo antedicho, la facies Hl se habría desarrollado en una plataforma interna dominada por mareas; esto es, por debajo del nivel de base de olas normales y por debajo del nivel efectivo de acumulación de fango (“mudline”), dada su asociación con la facies Pl, cuyo ambiente podría abarcar tanto la plataforma interna como la externa; una profundidad máxima de 80 m, que es la de la zona fótica, estaría marcada por los tapetes microbianos. Se aclara que depósitos similares a los de la facies Hl, se dan a partir de flujos densos de fondo, generados por sismos, tormentas o fuertes descargas fluviales, los que luego de atravesar la plataforma interna, pierden carga y velocidad y alcanzan la plataforma externa como corrientes diluidas y poco efectivas. Restaría comentar que el arreglo estratigráfico vertical de las asociaciones de facies reconocidas en la Formación San José, se ajustan al modelo de plataforma marina terrígena dominada por mareas (Selley, 2000). En el caso particular tratado, la plataforma habría estado afectada por un ciclo de ascenso y descenso relativo del nivel del mar, que dio como resultado el desarrollo de un cortejo de transgresión (facies Ae y Pl), que culmina en una superficie de máxima inundación (dentro de Pl) y un cortejo de nivel del mar alto (facies Pl, Hl y Ae).Ae y Pl), que culmina en una superficie de máxima inundación (dentro de Pl) y un cortejo de nivel del mar alto (facies Pl, Hl y Ae).